LAUREN HOUSTON WEST
Observo el vestido rojo que adornaba mi cuerpo y le sonrío al espejo. Mis ojos lucían muchísimo mejor sin aquella ojeras, pongo mis manos en mi vientre y lo acaricio con dulzura. Todo tiene que salir perfecto, me pongo de todo los ángulos para ver si había rastro de mi embarazo, pero nada se notaba aun. Perfecto.
Detallo una vez mas el vestido el elegante que me había forzado a usar, y el que mi figura se detallara de una forma sutil me hizo sonreír mas, me engancho en unos taco de diez centímetros, miro el laceado de mi cabello y me aplico bálsamo en los labios.
-Lauren...-Papá toca la puerta de la habitación, y cuando le permito ingresar me observa con orgullo, observo como su mirada bajan a mis tacones y arquea las cejas -¿No estarás incomoda con eso? -expresa.
Me rio en sus narices y el resopla.
-Papá, solo son zapatos.-Acoto.
El asiente y me invita a bajar para que podamos desayunar, antes que cada quien se dirija hacia sus respectivos trabajo.
Nos sentamos en la gran mesa, y la señora Andrea nos sirve el desayuno mientras papá me pasa unos papeles y me da algunas sugerencias para el trabajo. Asiento a todo lo que dice, pero me distraigo cuando observo con asco lo que Andrea sirve en mi plato.
-¿Andrea, podrías solo poner fruta y tostada para mi? -Siento nauseas de solo observa los huevos.
-Por supuesto, niña.
Papá se ríe de mi cara de asco y yo le saco la lengua.
-No pensé que mi nieto fuera tan minucioso. -Añade y Andrea mira mi vientre como si no lo creyera.
-¿No me diga que está embarazada, niña?-Dice con una sonrisa materna. Papá solo ríe y yo solo asiento en silencio. No quiero que nadie sepa, por lo menos, no en estos momentos de mi embarazo, no por pena, si no por cuidado, aun no se me olvidaba lo obsesionado que estaba aquel señor conmigo.
-Si, pero es un secreto por ahora.-Agrego de todas formas.
Ella asiente de inmediato y mira a papá como si este fuera su hijo, con los ojos aguados.
-No te pongas así, Andrea.-Papá le sonríe. -Si no es para que llores.- La mira con cariño y pienso que de alguna u otra forma el la siente como parte de su familia.
-Lo se, muchacho, pero es que es una gran noticia, ahora mismo te traigo lo que me pediste, hay que cuidar del muchachito en su vientre- Se limpia las manos con el mandil y sale hacia la cocina, mientras la oigo murmura algo sobre calcio y lo flacucha que estaba.
-Vez como la pusiste.- le reclamo a papá, él solo se encoje de hombro despreocupado. -Ah, ya te dije que puede ser niña.- El levanta las manos en son de paz y yo entrecierro los ojos en su dirección.
-Te veo muy confiada hoy.-Cambia de tema. -¿A qué se debe el cambio?-Pregunta.
Me encojo de hombro.
-Se debe a que hoy voy a conocer a mi abuelo.-Papá arruga las cejas.
-Lauren...- dice en tono de advertencia.
-No haré nada, solo me presentare como dueña de lugar también, ya es hora de que los conozca.-Este asiente.
-Se me olvidaba informarte que tiene dos nuevos guardaespaldas. -Asiento en silencio -Te tienen que estar esperando afuera.
-Genial, nuevos matones...- murmuró y papá me regaña con la mirada.
La señora Andrea aparece con mi nuevo desayuno, y sin ningún tipo de pena me permito disgustarlo.
