ALEXANDER JAMES GRIMES
Mi corazón latía frenéticamente y estaba apunto de perder el control. La lastime, le e hecho daño a la única persona que no debí hacerlo.
-¡MALDITA SEA!- Estaba rompiendo todo lo que estaba a mi alrededor y me importaba una mierda.
Estrelle mi puño contra la pared una y otra vez, pero el dolor que sentía en mi pecho era mas fuerte que el dolor físico que estaba causando en mi manos.
-¡ALEXANDER, PARA DE UNA PUTA VEZ!- Nicholas grita ofuscado, mis ojos se nublan de impotencia y me vi perdiendola.
Unas manos me separaron de la pared y comencé a forcejear para que me soltaran.
-¡Sueltenme!- Me separe bruscamente de quién sea que me estuviese sosteniendo y comencé a dirigirme hacia las escaleras, pero el cuerpo de uno de mi guardias de seguridad se puso en frente de esta.
-¡QUIERO QUE TODOS SALGAN DE MI CASA EN ESTE INSTANTE!-Exclamé.
-¿ME HAN ESCUCHADO?- No espere respuesta alguna y quite bruscamente al imbécil que se había puesto en mi camino. Subí las escaleras de dos en dos y me dirigí al cuarto en el que había a puesto a Lauren.Intente regular mi respiración, pero fracase miserablemente.
Intente abrir la puerta, pero tenia seguro puesto.
-Lauren...- Golpee la puerta, pero nadie respondía -Lauren, por favor abre la puerta.. -El silencio otra vez es mi respuestas. -¡LAUREN! Voy a romper la puerta si no abres de una puta vez.
Me estaba portando como un animal, y no quería que ella conociera esa faceta de mí. Por eso no lo pensé mucho y busque la llaves de repuesto que tenia de todas la habitaciones.
Dure unos minutos intentando encontrar la llave que era, respiré hondo antes de entrar.La habitación estaba oscura, lo único que iluminaba la habitación era la luz de la luna que entraba por el ventanal y ella estaba ahí, hecha un ovillo en la cama y el sollozo amortiguado que escuche rompió todo mis esquema y en ese momento supe que lo había perdido todo. Me había enamorado de Lauren y ese sentimiento me asusto, tanto que quise escapar.
Debí reconocerlo desde un principio, todo me halaba a ella, sus voz, su cuerpo, su sonrisa, todo. Estaba jódidamente enamorado de Lauren y lo mas jodido de todo es que se que mi sentimiento no son correspondido. Atracción sentía por mi, pero nada mas que eso. Lo sabia, y es lo que mas me dolía.
Aun paralizado en esa esquina , seguí escuche como sus sollozos lastimeros de ella hacia estrago en mi y no lo pensé mucho. Cuando me tire en la cama y la envolví con mis brazos.
-Lo siento, lo siento, lo siento Lauren... -Pronuncie con mi voz casi rota. -Yo no quería hacerte daño.-Confieso. -No llores por favor, mi amor.- Le di un beso en pelo. -por favor..
Su cuerpo se aleja de mi e intento agarrarla de nuevo pero es mas rápida y se levanta de la cama.
-¿Mi amor? ¿Estas bromeando?- Cada palabra que salia de su boca salia mas y mas lastima que la otra y en ese momento me odie profundamente. -Estos esta mal Alex...- Mi cuerpo se para casi por voluntad propia y me paro en frente de ella.
-¿Qué es lo que esta mal?- Pregunto.
-Nosotros.-Nos señala con sus manos.
-No podemos, somos total y completamente diferente. Nunca debí haber venido a Londres.- se arrepiente.Me quedé estático en mi sitio asimilando lo que intentaba decir.
-Mira Alexander.. - Se señalo ella misma. -Esta no soy yo, vine aquí con un propósito y he hecho todo lo contrario. Mi madre estaría muy decepcionada de mi.- Susurra para si misma - Vine a conocer a mi familia. No lo hice, intente hablar con mi padre y todo salio mal. Yo no soy así, nunca tuve sentimientos por nadie que no fuese mi madre. Y llegaste tu. Cambiaste todo- Porque siento que esto me suena a despedida.
»No soy esta chica que estas viendo. Nadie nunca me había hecho daño. Estoy teniendo sentimientos por ti y eso no esta bien, Alex.
Mi corazón se saltó un latido y respiré hondo dejándola hablar.
»Me gustas, creo que mas que eso, te quiero, y no me puedo permitir perder a alguien más ¿Me entiendes? No lo soportaría dos veces. Nunca tuve una familia completa Alex. No supe que era tener un padre, pero era feliz, tenia a mi mamá y eso era todo lo que importaba, pero lo bueno nunca dura para siempre.
-¿Qué es lo que me quieres decir con todo estos?- me moleste sabiendo lo que quería decir.
-Me voy, Alex...
-¿Qué?
-Dije que me...-La interrumpí.
-¡TE ESTUCHE LA PRIMERA VEZ!- Exclamé y se sobresalto. -No te puedes ir ya te lo dije.
-Si, me voy a ir, voy hacer lo que vine hacer desde un principio, voy a volver a Madrid y tu no me va a detener.
Y justo en ese instante supe que lo estaba perdiendo todo.