ALEXANDER JAMES GRIMES-¿Era necesario eso?- Nick interrumpe en mi oficina como de costumbre y solo levanto la mirada un poco del computador para ver como se para frente al escritorio luciendo cabreado.
-Estoy hablando seriamente, Alex...-continua. -¿Por qué la investigas?-¡Bingo! Casi lo tengo, la laptop es cerrada y solo doy para levantar la mirada y encontrar a Nicholas con los brazos cruzados.
El que metiera en problema a su probable ligue lo tenia disgustado y a mi la verdad sin cuidado.
-¿Tengo que volver a explicarlo?-le cuestiono y el asiente caprichoso como siempre -¿Por qué mis cámaras la captaron husmeando en mis cosas?-Le pregunto.
-Será porque es tu secretaria...-Señala, e intento no voltear los ojos.
-Está oficina esta prohibida para todos,-Le hago saber, -los empleado de la planta lo tienen claro, ella más que nadie ya que ha estado trabajando para mi durante años ¿Por qué romper la regla ahora?-Me cruzo de brazos también. -Deja de pensar con el pito de una vez y dime si la investigaste.
Frunce el ceño ofendido, y me termina de pasar los papeles de que tiene debajo del brazo.
-No hay nada extraño...-Indica, -ya te lo dije.-Insiste, -estas así porque piensa que todo esta relacionado con David, pero no puedes dudar de Gabrille, Alex. -El tema me cansa y presiono el intercomunicador para hacerle abrir los ojos de una buena vez.
-Ven a mi oficina.-le ordeno a la persona que está del otro lado y Nick me mira como si hubiese perdido el juicio.
Algo me zumbaba en los oídos desde el viernes pasado que Lauren había sufrido aquel episodio. Habían cosas que no me cuadraba y la cámara de vigilancia que había instalado sin que nadie supiera, me seguían confirmando mis sospechas y el que ella rebuscara en mi escritorio me tenia con un mal sabor de boca.
La cabellera rubia es lo primero que observo cuando Gabrielle entra a mi oficina, Nick le saluda con asentimiento de cabeza, ignoro la cara incomoda de Nick y la sigo observado. Ella levanta su blog de notas como de costumbre, en espera de recibir ordenes y al no escuchar ninguna lo vuelve a bajar.
No sería capaz, intento convencerme también.
-¿Qué buscabas en mi escritorio con tanto desespero el sábado?-Pregunto sin rodeo, Nick desvía la mirada de ella, cuando está sorprendida le mira.
-Y yo...-Vacila, -perdí un pendiente muy importante para mi, y creo a verlo olvidado aquí.
Levanto las cejas y ella mira a Nick con disculpa.
-Nosotros...-¿Me está jodiendo?
-¿La cogiste aquí?-Le reclamo a Nick y el se encoge de hombro mirándome con culpa.
-Te dije que no tenias que sospechar de ella...-Señala, y es como si todas las alamar de mi cerebro se desactivaran. ¡Hija de puta!
No les digo nada y solo doy para colocarme mi chaqueta obviando sus disculpas.
Marco el numero de Marcos, mientras salgo de la oficina de forma apresurada, y el que no me conteste, me hace subir a los ascensores de mi empresa e insistir sin recibir respuesta.
Estaba en mi narices, esa maldita había colaborado con mi David, ¿Cómo no lo pude ver? Era la única que sabia todos mis movimientos, sabia lo de Lauren de primera mano, y también era la única que sabia lo de la propuesta que le iba hacer a Lauren aquella vez.
Jodía mierda...
El que estuviera cogiendo con Nicholas no hace más que agregarle peso a lo que mi mente maquinaba. No había que ponerme dos dedos de frente para poder entender. La maldita era su chivo expiatorio y nosotros la simples marionetas que el imbécil de David se creía con el poder de manejar.
Me subo en mi coche cuando uno de los guardias lo parquea frente a la empresa.
Coloco mi teléfono en altavoz, insistiendo en la llamada de Marcos. Uno, dos, tres timbrazo y cuando va sonar al cuarto al fin decide levantar el teléfono.
-¿Qué pasa...?-Se oye el ajetreo donde está e importándome poco comienzo a contarle lo que había descubierto.
-Estoy seguro, Marcos.-Me cabreo cuando el comienza a decir que tenemos que buscar pruebas y le termino colgado afanándome en llegar la mansión Houston, necesitaba ponerla en un lugar seguro, le indico a Siri que le llame, la contestadora es lo que recibo, un mercedes negro llama mi atención por el retrovisor y acelero más cuando se planta a la par de mi intentando sacarme de la carretera.
¡Maldición! Intento ver la cara de quien lo hace y termino recibiendo un golpe. Me espabilo cuando quiere darme otro y termino acelerando, rebasándole un poco.
El ponerme a salvo queda en el olvido cuando un camión sale disparado hacia a mi, giro el volante queriendo evitar el choque, haciendo que las ruedas rechinen y yo termine chocando contra una pared de concreto.
La bolsa de aire se dispara, mi cabeza choca con ella, un hilo de sangre me baja por la sienes y termino cerrando los ojos cuando los oídos comienzan a pitarme.
***
El golpe de agua helada que impacta sobre mi me hace abrir los ojos con brusquedad.
-Por fin decide abrir los ojos el princeso...-Capto una voz. El agua me escurre por todo el cuerpo, toso cuando me vuelven a lanzar y la oleada de risa que sueltan los que le acompañan me hacen cabrear.
-Cuidemos de la princesita mientras esperamos al padre.- El mas grande de los cuatro sujetos que tengo delante es quien habla y se mofa de mi mientras se lleva el puro que sujeta con sus dedos a la boca.
Su seriedad me parece un chiste cuando comienzo a inquietarme en la silla donde estoy atado, la mordaza que tengo en la boca me maltrata lo labios y maldigo mil veces al hijo de perra que no deja de observarme.
-¿Qué?- es lo que dice cuando ve que mis ojos no dejaba de detallarle. -¿Crees que puedes mirarme de ese modo, inútil? -Le pasa el puro a otro sujeto viniendo a mi sitio retirando la mordaza de mi boca. Se levanta en espera de que diga algo, me relamo los labios inquieto, mientras el nudo que tengo atrás va perdiendo fuerza.
-Acércate.-Le digo al sujeto que espera por mi.
No vacila a la hora de acercase, el cabezazo que le suelto lo aturde, sus compañeros sacan sus armas y yo me levanto si miedo a lo que puedan hacer.
El chirrido de la puerta nos hace voltear nuestra atención al hombre de edad media y cabello negro que entra como si fuera el Rey del universo. Su gente entra queriendo intimidar mientras los que me trajeron no dejan de apuntarme
Me preparo para pelear con lo que tengo delante, pero mi impulso queda a medias cuando detallo la mujer embaraza que traen atada y que dejan caer a mis pies.