Alexander James.
Cuando era niño tenía la fantástica idea de poder tener una hermanita. Ustedes sabe alguien a quien defender y cuidar.
Un día había regresado de la escuela y entre corriendo a la cocina para poder ver a mamá batiendo algo en una cacerola. La salude como siempre y espere a que ella se sentara a comer para poder preguntarle lo que se me había ocurrido esa mañana. Esperamos unos minutos y escuchamos como la puerta de la casa se cerraba, me encogí en mi asiento y mire como mamá se alteraba con la sola presencia de mi padre.
Entro a la cocina con aires de grandeza y espero a que mi madre le sirviera la comida. Cuando ya todos estábamos sentado, no hablaron, solo se dedicaba a comer. Yo solo miraba mi comida con lastima y meneaba la cuchara en el plato. Decidido a no quedarme callado sobre la propuesta que tenía que hacerles a mis padres decidí hablar.
Como cualquier niño de 6 años mire decidido a mamá y le pregunte si podría tener una hermanita. Mamá me miro asombrada y después escuche como un plato se rompía en el suelo con brusquedad. Mire a mi padre totalmente asombrado y vi algo parecido al odio en su mirada hacia mi. Se acerco a mi madre a paso seguro y la agarro tan fuerte del cabello que algunas hebras del pelo le salieron, mamá trataba de no llorar, pero al escuchar el horrible sonido que salió de los labios de mi madre los ojos se me humedecieron... Si, esa fue la primera vez que mi padre le pego, o la primera vez que yo lo presencie.
Después de ahí todo era insulto y golpe por parte de el. Después de un rato se canso de pegarle y salió de la casa azotando la puerta. No espere que saliera bien y me acerque a mi madre diciéndole que lo sentía repetidas veces... <<No entendía que había ocurrido>> Ella me acurrucó a su lado y comenzó a cantarme una nana para que me calme. Después que mi llanto seso me aparto el rostro de su pecho y me dijo.
<<Prométeme que no harás algo parecido jamás.>>
Por un momento la mire si entender, pero de igual forma se lo prometí. No es como si pudiese pensar mucho en un momento así.
Todos esos recuerdos salieron a flote al verla con los ojos llorosos y algo hinchado. Era como si quisiera calmarla y abrazarla igual como hacia ella conmigo. Por eso cuando la vi así, no lo pensé mucho y la traje a mi casa.
Era como si intentaba protegerle y alejarla de cualquier daño que pudieran hacerle.
-¿Quieres dejar de mirarme de una puta vez?- La miro incrédulo y sonrío de lado mientras observo como engulle el sándwich que le había preparado.
-¿Te pongo nerviosa a caso?-Ladeó a cabeza, y ríe divertida.
Termina lo que estaba comiendo, bebé el jugo de naranja y le quito los traste para llevarlo al fregadero.
-¿No te han dicho que es de mala educación responder una pregunta con otra pregunta?-Ruedo los ojos sin que me observe, lavo y enjuago todo dejándolo en su sitio.
-Ven.
Ella me mira confundida, pero se levanta y camina delante de mi dejándome ver ese precioso culo ¿Cómo seria tocarlo? Me muerdo el labio inconscientemente.
-Creo que si le tiras una foto dura mas.-Habla de forma divertida.
Con que es una pervertida. Me gusta.
-Si quieres me dejas hacerla ahora mismo.
Se para de golpe antes de llegar al sala, y enarca una ceja de forma burlona.
-Ni en tu sueños, cariño. - Ladeó la cabeza de forma divertida, llego con ella y le indico que se siente a la par mía en el sofá. Rueda los ojos y se sienta al frente de mi. Me quedo analizándola un momento y mi mente viaja en el momento en que la encontré ¿Qué coños hacia ella en la empresa de John Houston? ¿Por qué estaba llorando? ¿Será que es su novia?
Ese solo pensamiento me cabreo y apreté los puños, dejando mis nudillos pálidos.
-¿Qué? -Pongo toda mi atención en ella y me permito observar esos preciosos ojos.
-¿Qué hacías con John Houston?-Se tensa de inmediato y aprieta la mandíbula-¿No crees que eres muy joven para ser su novia?-Se levanta del sofá bruscamente y aprieta los puños.
Abro los ojos como plato al darme cuenta de mi imprudencia y dirijo mis ojos al los de ella que están ahora mismo totalmente aguados. Parpadea varias veces alejando las lágrimas y me dedica una mirada fría antes de dirigirse a paso rápidos hasta la salida.
¡Maldita sea! Tenías que abrir tu gran boca y arruinarlo todo. Camino de tras de ella a grandes zancada y la miro atravesar el jardín con gran agilidad. Algunos guardias de seguridad la miran curioso y dos de ellos se quedan observándole el culo. ¡Malditos hijos de puta! Los volteo a ver de forma seria y se ponen pálidos al instante.
Si, cabrones los he visto...
Cuando veo exactamente a donde se dirige me calmo. Presiono el botón del carro para desbloquearlo y ella se sube de copiloto sin meditar palabra. Subo de piloto y nos alejo de mi casa en un completo silencio. Ella solo mira por la ventana de forma pensativa y yo solo puedo estar cabreado por abrir mi puta boca. ¿Cómo coños se me ocurrió pensar que ella es una de esas? Aprieto el volante fuertemente y manejo hasta en centro de Londres.
-Lo siento. -Me disculpo pero ella ni se inmuta, ¡Coño!
Pasan unos segundo y luego ella me observa de una forma muy distinta.
-¿Por qué te disculpas?-Responde con voz neutra y ríe con ironía, - después todo no estas tan equivocado.-Aprieto mas el volante y hago un sonido raro con mi garganta en señal de que prosiga-Soy una puta, y no hace un rato te ofrecí mi servicios ¿Sigue en pie lo de la foto?
Freno el auto de golpe y los claxon de los autos no se hacen espera ¡Maldita hija de puta! La sangre hierve en mi y aparco el vehículo a un lado de la carretera. Bajo del auto dando un portazo, rodeo el auto sacándola de forma brusca, y me alejo de ella como si su contacto quemara.
-No me equivocaba después de todo, no eres mas que una...-me callo tratando de no decirlo y ella ni se inmuta, en su rostro no pasa ninguna expresión y eso me cabrea mas.
-No repitas algo que ya se...-Se encoge de hombre de forma despreocupada.
Hago una mueca de forma de arcada. Y me alejo varios centímetros de ella.
Camino directo a mi auto pero su voz hace que me detenga.
-¿Me piensas dejar aquí? -Pregunta incrédula.
La observo de forma divertida y ella me mira sin dar crédito a lo que ve.
-Lo siento.- Hablo de forma pausada - Pero no permito putas baratas en mi auto.
Sus ceño se frunce y pone los labios en una línea recta.
-¡Que te den!-Exclama antes de darse media vuelta y comenzar alejarse de mi.
-¡Quisiera darte yo a ti! -Digo de vuelta, y me arrepiento por un momento de mis palabras.