Lauren.
Todas las personas nos ven sorprendida. Dirijo mi vista hasta donde papá y él me ve con él entrecejo frunció, y los ojos llameando en advertencia. Desvío la mirada y Alex nos saca de la multitud que se reunió a nuestro alrededor.
No se hacen esperar los murmullos a nuestras espaldas.
Tan pronto como salimos fuera los flashes de cámara me ciega. Alex me rodea con sus brazos y escondo mi cabeza en su pecho. Los periodista nos bombardea, Alexander habré lo que supongo es la puerta del copiloto de su coche. Me sube y pone él cinturón de seguridad ignorando que no estén fotografiando. Cierra la puerta del copiloto sacándome de mis pensamientos. Rodea él auto y sube de piloto. Hace la misma función con su cinturón de seguridad y nos saca de la mansión sin si quiera mirar atrás.
Un deja vú pasa por mi cabeza al recordarme que hace meses él y yo compartíamos una situación similar, con la diferencia que yo estaba retenida en este mismo coche encentra de muy voluntad.
Vuelco mis ojos a donde él esta y me permito estudiarlo. Lleva unos de esos fabuloso traje que le queda espectacular. Sus facciones están dura y es clara señal de que esta enfadado. Sus manos retienen con fuerza él volante. Dirige su vista a mis ojos por unos segundos y la mirada amarga que me lanzo casi me de ganas de reír.
Nunca vi a Alexander amargo. Sinceramente lo cabreaba a tal punto que terminábamos lanzando cualquier cosa al aire, pero nunca lo vi de ese modo.
Este Alex estaba diferente y de una u otra manera me acordó al Alexander que chocó conmigo en ese aeropuerto.
¿Qué estaba pensando para subirme en su auto? ¡Nada! Claramente nada. Es como si no pensara cuando Alexander está a mi alrededor.
Masajeo mi sienes al darme cuenta que él silencio incómodo él no lo va romper, y decido hablar. Maldita sea, estaba dispuesta a hablar, pero su labios fueron mas rápido que los mío.
-¡¿Qué pensabas al irte a bailar con él? -Comienza,- ¡¿Ibas a besarlo?! ¡Maldita sea! ¡¿Eso era lo que ibas hacer?! - Y maldición quise reírme y gritar a mismo tiempo. ¿Con qué derecho me cuestiona lo que haga o deje de hacer? Y es simple, Alexander seguía siendo él jodió posesivo de siempre.
-¡¿Me estas jodiendo?! ¿Cierto?- Y me importaba una mierda que este auto se estrellara, él iba a dejar de tratarme como si fuese de su puta propiedad.
-¡¿Con que derecho si quiera cuestiona lo que yo hago?!-¡IBAS A BESARLO EN MIS NARICES!- Rugió y le dio un golpe volante. -¡Y UNA MIERDA! NO PUEDES BESAR A NADIE QUE NO SEA A MI.
Joder, estaba malditamente cabreada y maldita sea, él no ayudaba, e iba a bajarme de ese puto coche en este instante.
-Para él coche. -Exigí. -¡QUE PARES Él PUTO COCHE!-chillé cuando no me hizo caso.
-Lauren...-Pronuncio mi nombre con lentitud intentando arreglar algo.
Mis ojos se cristalizaron.
-¡Cállate!- Espeté. -Solo para él coche, Alex.- Pronuncie con lentitud.
Él coche se detuvo. Y no espere que hablara y salí del auto dando un portazo. Escuche como la puerta del lado del copiloto se abría y cerraba con brusquedad.
Y no me importó.
-¡HUYE!-Exclamo a mis espalda y maldije interiormente al no traer móvil encima. -¡Eso es lo que haces cuando hay problemas! ¡Cobarde!- Maldita sea y que de gracias a Dios que estábamos en la maldita nada. Porque yo iba a comenzar a gritar.
-¡¿Qué querías que hiciera?!-Pregunté de vuelta, y me voltee para encararlo. -¡Si maldita sea, tu vida sólo traes problemas!.
-¡Que lo enfrentarás conmigo!- intenta encararme, -¡Eras mi maldita pareja!- Rugió acercándose a mi.
-Estaba asustada...-Confesé.
-¿Pero asustada de que?-Preguntó de vuelta midiendo él tono de voz.
-¡De esto! Había sido mi primer todo ¿No lo entiendes?- Señalé- Habías sido él primer chico que me hacia sentir cosas. Al primero que bese, al primero que deje que me tocara y al primero que me entregue -Sus ojos me miraban incrédulos. -Y cuando me pediste que me casará contigo, colapse.-Intento explicar, -Ni si quiera había tenido novio y yo ya estaba comprometida -Me reí amargamente y no se en que momento comencé la a llorar.
¡Y maldita sea yo no lloro en frente de nadie!
Sus brazo me rodean y me acurruca en su pecho.
-Joder, siento esto ¿De acuerdo?-Escucho que dice, y me abraza fuerte.
-Sólo no me presiones.- Pido con voz llorosa.
-No pensaba hacerlo. No de nuevo.
No se por cuanto tiempo estuvimos en esa misma posición, pero solo me separe un poco de Alex cuando deje de llorar.
-Hagamos esto otra vez-Pronunció rompiendo él silencio.
-Te refieres a gritarnos como locos- Bromeo, para romper la tensión que se sentía en él aire.
-No...-Ríe -Tu y yo de nuevo.- Sus ojos azules me miran con un brillo diferente.
-No prometo que dejare de ser malditamente celoso y posesivo contigo, porque es algo imposible. -acuna mi rostro, -pero prometo intentarlo, para que esta relación funciones. -Deja un besito en mis labios. -Yo te amo Lauren y maldita sea que lo hago. Sólo te pido que me aceptes como soy, y que hablemos cuando algo vaya mal. Pero no te vayas. -Rogó-No de nuevo.
Mi pecho se llenó de algo reconfortante y quise decirle de vuelta que lo amo mucho. Separe mis labios y...
-¿Puedo besarte?- pregunta cerca de mis labios.
-Bésame, Alex...
Una sonrisa aparece en sus labios, cosa que no logro admirar con lentitud; porque de inmediato su labios se estrellan con los míos, y mentiría si dijera que no estaba flotando en una nube de azúcar ahora mismo.