41. El diario de Alex Harper (con Neil)

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— ¿Qué?— dijo Neil.

Al parecer mi idea de dormir en su sofá no le gustó.

— ¿Hay algún problema?— preguntó Madie.
— No, ninguno pero...— dijo Neil dudoso.
— Si no quieres puedo quedarme con Will y Zac— dije.

Los miramos. Will estaba tratando de hacer que Zac (que seguía muy mareado por las medicinas) fuera a dormir pero él no quería. Al parecer sentía que la araña buscaría venganza por la noche y trataría de hacerle algo a Jason.

— ¿De verdad quieres quedarte en medio de este caos?— me preguntó Madie.
— ¿Cuándo se le pasará el efecto de lo que se tomó?— pregunté.
— No lo sé, es algo que ya no debería afectarle— dijo ella—. Pero por alguna razón sigue.

Miré a Neil. Suspiró.

— Bien— dijo—. Iré a desearle una buenas noches a Zac.

Se acercó a él. Yo lo seguí.

— Zac, yo...
— Es papá— lo interrumpió Zac, más dormido que otra cosa—, hola... buenos días...
— En realidad es de noche— dije.
— Ah... con razón tengo sueño— dijo Zac.

Will lo miraba preocupado.

— Suerte con eso— le dije—. Dormiré en el departamento de Neil. Adiós.
— ¿Ya se van?— dijo Zac triste—, ¿Porqué?

Se veía muy adorable. Lo abracé.

— ¡Esta versión tuya totalmente drogada me encanta!— le dije.
— No está drogado— dijo Will—. Sólo un poco desorientado.

Zac comenzó a acariciar mi cabello.

— Sí está drogado— dije.
— Zac— le dijo Neil—, ya debo irme pero mañana muy temprano...
— ¡Buenos días!— dijo Zac feliz.

Nos miramos entre nosotros preocupados.

— Siento que no debería irme— dijo Neil.
— Yo tampoco— admití.
— No se preocupen, cuidaré bien de él— dijo Will—. Probablemente sólo necesite dormir un rato...

Zac se levantó del sofá y abrazó a Will. Fue tan repentino que la cara de mi hermano se puso muy roja y se quedó inmóvil.

— No te preocupes, yo te ayudo— le dije.

Me acerqué a Zac, lo separé lentamente de Will y lo acomodé de nuevo en el sofá. Él se recostó y cerró los ojos.

— Y esta es toda la ayuda que tendrás de mi parte— le dije a Will—. Pero buena suerte.

Imaginé que para Will esa sería una noche muy difícil.

Neil le deseó buenas noches a Zac pero él ya estaba dormido. Salimos del departamento y fuimos al suyo. Entramos.

— Neil— le dije.

Me observó. Le sonreí.

— Zac te dijo “papá”.

Él me observó muy sorprendido.

— ¡Lo hizo! ¡De verdad lo hizo!— dijo feliz—, ¡Fue bajo el efecto de los medicamentos pero aún así me alegra mucho!
— ¿No te habías dado cuenta de verdad?
— Estaba demasiado preocupado para enfocarme en eso... ¿Él estará bien? Siento que quiero verlo...
— Ya está dormido, no creo que quieras despertarlo— dije.
— Y quizá no recuerde lo que dijo... aún así es un logro para mí.
— Sabía que eso iba a ponerte feliz— dije.
— Claro que sí, ha sido uno de mis sueños desde que llegué aquí.
— ¿Uno? ¿Tienes más?

Me observó fijamente.

— Sí, naturalmente— dijo un poco nervioso—. Como sea, buenas noches.

Ya se iba cuando lo detuve.

Rupturas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora