162. El diario de Alex Harper (en el hospital)

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Estaba en casa cuando me llamaron del hospital. Pensé que me dirían algo sobre Will porque a veces le pedía a las enfermeras que me pasaran algún mensaje pero no, no se trataba de eso. Me llamaron para decirme que había un paciente que me dio como información de contacto. Cuando pregunté quién era, me dijeron que se llamaba James y que estaba en el hospital general de esa ciudad. No entendí por qué pero no pude preguntar nada porque la mujer no tenía ninguna información acerca de lo que pasaba. Me asusté pero imaginé que a lo mejor no era nada grave, Jimi solía lastimarse mucho cuando entrenaba y quizá era algo así. En esos sitios se requería la presencia de alguien que acompañara al paciente así que tenía sentido que Jimi necesitara ayuda.

No pude avisarle a nadie. Quería pero la única persona que me encontré fue a Zac. Estaba sobre el sofá leyendo un libro. Se veía un poco decaído. Sus problemas alimentarios debían tenerlo preocupado y no era el único. Will y Neil también se encontraban muy angustiados. Jason incluso había decidido faltar a las prácticas del equipo para quedarse con Zac y asegurarse de que comiera algo y no estuviera solo. No podía decirle que Jimi estaba en el hospital, sobre todo porque no sabía qué pasaba. Él amaba a Jimi. Saber que algo malo le había pasado sería terrible para él. Simplemente no podía hacerle eso a Zac. Sería demasiado. Así que le dije que saldría un momento, tomé mi teléfono, mi billetera y me fui. Tomé un taxi y llegué al hospital. Tenía miles de preguntas. ¿Qué hacía Jimi en el hospital de esa ciudad? ¿No estaba muy lejos de casa?

Llegué. En la recepción me dijeron a donde debía ir. Fui a emergencias. Lo primero que vi fueron a muchos policías. No entendía nada, todo era un caos ahí con tanta gente. Me acerqué a una enfermera. Le dije a quién buscaba. Ella me miró sorprendida.

— ¡El familiar del paciente está aquí!— gritó ella.

Todos la miraron. Entonces de la nada se me acercaron muchas personas. Entre ellos destacó un hombre que me dijo que era el jefe de policía y comenzó a preguntarme cosas sobre personas y sucesos que yo no entendí en lo absoluto, hasta que una doctora pelirroja lo interrumpió.

— ¡El paciente necesita que cierren su herida con urgencia, no pueden obstruir nuestro trabajo!— dijo ella enojada—, ¡Y su familia necesita saber que está bien, no que lo interroguen!
— Doctora, usted no entiende lo importante que ese paciente— le dijo él—, es la clave para atrapar a un criminal peligroso, necesitamos cualquier información que él o su familia pudieran decirnos.
— ¿Criminal?— dije confundido.
— Jovencito, ¿Sabes salgo sobre la organización criminal en la que estaba metido el paciente?— me preguntó él.
— ¿Quién?— dije.
— James, así se llama, ¿No?— me dijo.
— Mi amigo se llama James, sí— dije muy abrumado.
— Cualquier cosa que sepas sobre su organización criminal nos ayudará, lo que sea— me dijo.
— James no está en ninguna organización— dije consternado—. Él va conmigo a la escuela.

Él me observó fijamente.

— ¿Jamás te contó sobre lo que hacía?— me dijo él.
— ¿Qué hacía?— dije—, ¿De qué habla?
— Este jovencito no parece ser familiar del paciente— dijo otro policía.
— Pues fue la referencia que nos dio el paciente cuando le preguntamos a quién podríamos llamar para que viniera— dijo la doctora.
— Sus padres deben venir de camino hacia aquí— dijo el jefe de policía—. Scott Campbell me informó que viven en la ciudad vecina y que él mismo se encargaría de avisarles que su hijo está aquí. Al parecer ellos no saben lo que hacía su hijo.
— Pues este chico tampoco parece saber nada— dijo el otro policía mientras me señalaba.
— Y yo tampoco— dijo la doctora enojada—, lo único que sé es que el paciente se desangró mucho puesto que tiene una herida en la pierna que debemos tratar. También parece tener el hombro dislocado además de muchas otras lesiones que ojalá les preocuparan a ustedes tanto como me importan a mí. Si quieren que él los ayude con su investigación lo necesitan con vida y ahora mismo se ve más muerto que vivo así que dejen de obstaculizar mi trabajo.

Rupturas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora