73. El diario de Zac (y Jace)

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El profesor Charles y la doctora Hermes se disculparon mucho conmigo al día siguiente de la presentación del libro. Al parecer se logró continuar con el evento exitosamente. Yo pensaba que lo había arruinado y que debía disculparme también pero ellos me dijeron que no era necesario. Además yo no sabría cómo hacerlo porque el que llevó a sus padres para disculparse fue Lou. Y parecía tan enojado que no quise contradecirlo aunque no sentía que sus padres fueran culpables de lo que me pasó.
Por otro lado, él y Will estaban muy de acuerdo en todo eso.
Antes de irse, Lou le pidió que me cuidara. A lo que Will dijo:

— No te preocupes, está a salvo conmigo.
— Lo sé— dijo Lou.

Esa repentina alianza llegó en un buen momento porque gracias a sus ganas de protegerme para que no me pasara nada, mantuvieron una buena comunicación los días siguientes. Me alegraba que pudieran volverse aún más cercanos aunque no tanto que la razón fuera mi seguridad. Pero según Ben, eso hacía feliz a Lou así que de algún modo estaba bien. A Neil no le parecía extraño (pero seguía pensando que Lou era una persona muy aterradora).

Los días pasaron. La herida de mi cabeza sanaba lentamente. Mi brazo también (para desgracia mía porque debía seguir usando el cabestrillo), sin embargo en las escuela todos se preocupaban genuinamente por mí. Eran demasiado amables. No sólo ellos. El profesor Charles solía ir a buscarme mucho. Cosa que sólo hacía que los rumores sobre que era mi padre aumentaran. Porque técnicamente no lo era. No todavía. Y nunca me daban la oportunidad de desmentirlo.
En una de esas visitas me dijo que había un programa para estudiantes avanzados en el que yo podría entrar. No estaba muy seguro de eso pero me dijo que se trataba de uno muy parecido al que tomó Will cuando estudiaba medicina. Por lo tanto yo podría graduarme antes. Eso me entusiasmó mucho.
Le dije que debía consultarlo con los demás primero.

Mamá dijo: Por supuesto que deberías hacerlo. Eres un genio.
Neil dijo: ¿Un programa avanzado? ¡Qué bien, te irá espectacular!
Will dijo: Será fácil, tú puedes con todo. Eres perfecto (entonces me abrazó y casi me derretí de amor).
Madie dijo: Niño, no hay imposibles para ti. Hazlo. ¿Qué hay de cenar?
Alex dijo: ¿Es parte de tu plan para conquistar al mundo? Porque es una buena idea.
Laura dijo: Obviamente debes hacerlo, es lo mejor para lograr tu sueño.
Jason dijo: Lo harás bien... ¿Me ayudas con mi proyecto?
Jill dijo: Cariño, por supuesto que debes tomar esa oportunidad. Será muy buena para ti.
Lou dijo: Estás más que calificado para realizar con éxito algo así. Pero si necesitas ayuda no dudes en pedírmelo.
Ben dijo: ¿Un programa avanzado como el mío? ¡Qué bien! ¿Quieres té?
George dijo: Eres un genio, eso debe ser fácil para ti... ¿Crees que este traje me hace ver gordo?
Lucille dijo: Sobrinito, lo harás muy bien... y no, ese traje no te hace ver gordo, George déjame hablar con Zac.
Jimi dijo (por mensaje): Hazlo.

Jimi y yo intercambiábamos mensajes usualmente aunque él nunca me llamaba. Me conformaba con saber que él y Evan se encontraban bien. Aunque a Evan al menos podía verlo cada mes en la revista donde salía, siempre dedicaban varias sesiones fotográficas donde él aparecía, sin embargo a Jimi no lo había visto en muchísimo tiempo... lo extrañaba mucho. Y cuando hablaba de ir a visitarlo o que él viniera, decía que estaba muy ocupado. No quería dudar sobre él pero era sospechoso que nunca tuviera tiempo. Aunque como a Laura y Alex no les parecía extraño pensé que a lo mejor yo estaba exagerando al sospechar así y mejor no le dije nada a nadie. Will decía que tenía que concentrarme en recuperarme. Además Jimi era una gran persona, seguramente sólo yo me estaba preocupando por nada.

Lo que de verdad me tenía preocupado era que Jill le dijo a papá sobre que entré al programa especial y no sabía cómo pudo reaccionar al saberlo. En mi mente se puso feliz. Quería ser optimista. Deseaba mantenerme contento. Sin embargo muchos de mis compañeros de clases no estuvieron felices por eso. Dejaríamos de tomar clases juntos y eso no les gustó. Aún así les prometí que seguiría reuniéndome con ellos si podía. Me agradaba estar rodeado de gente tan amable y buena.

Rupturas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora