80. El diario de Alex Harper

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— Esta cama es muy pequeña para los dos— dije.
— No se supone que sea para dos personas— dijo Neil.
— Para tener sexo es perfecta.
— ¿Por qué estás pensando en eso ahora?
— ¿En que otra cosa debería pensar? Me estás abrazando.
— De manera tierna y romántica— dijo—. Para hacerte sentir mejor.
— Y funciona. Demasiado bien. Tanto que pienso en cosas.
— Sospecho que no en cosas bonitas— dijo.
— Depende la perspectiva— dije—. Desde la mía todo es lindo.
— ¿Y desde la de los demás?
— Pensarían que soy un pervertido— dije—. Pero está bien, no sería la primera vez que alguien lo piensa.
— ¿Y eso qué tiene que ver con mis intenciones de ser romántico contigo?— preguntó.
— Nada, creo que deberíamos sincronizarnos en ese aspecto.
— Quiero ser un buen novio que apoya a su pareja en situaciones difíciles. No podemos tener sexo cada vez que nos encontramos. Es más, hubo una vez donde todo lo que hicimos fue eso y no hablamos para nada. No puede estar bien.
— ¿Por qué no? Tal vez así funcionamos nosotros. Además me siento muy apoyado hoy. Aunque no lo creas no tengo tanto miedo.
— ¿De verdad?— preguntó.
— Dijiste que no me dejarías. Te creo. Deseo que eso pase. Porque quiero de verdad estar a tu lado. Tanto que si dependiera de mí, me casaría contigo ahora.
— ¿Significa entonces que puedo ir planeando cómo pedirte matrimonio?
— Sí, hazlo— dije—. Aunque al señor Benette no le gustaría.

Me cuestionó con la mirada. Le conté lo que pasó cuando le dije que salía con alguien.

— Tiene razón en parte— dijo él pensativo—. Sí eres muy joven. Y me quiero casar contigo pero creo que necesitamos dejar pasar más tiempo.
— ¿Por qué?
— Por si cambias de parecer.
— Eso no pasará— dije.
— Podría suceder. Las cosas cambian muy rápidamente a veces— dijo.
— Yo no cambiaré— dije—. Con los años sólo te amaré más y más, así consecutivamente hasta que me muera.
— ¿Cómo estás tan seguro?
— Soy joven pero me han pasado cosas. Lo sabes. He llegado a muchas conclusiones después de pensar en todo lo que me ha sucedido en la vida. La más importante era que creí que no me enamoraría jamás. Pero pasó. Creo que tuve mucha suerte. También pienso que si me alejo de ti no volveré a amar. Moriré de amor en algún momento. Así que por eso me quedaré a tu lado. Si me dejas quedarme. Lo que siento ahora no cambiará porque todo lo que hace es crecer. Como si se expandiera dentro de mí. Probablemente no me crees porque no te llamé aún cuando sí te necesitaba... pero es porque temía que eso te alejara de mí. Que te decepcionara saber que quizá ya no tengo un futuro. Pero tú aún así quieres estar conmigo y eso me hace creer que quizá mi futuro no sólo depende de una cosa. También podrás ser tú. Quiero que seas tú. Porque desde que supe que te amaba, comencé a imaginar mi futuro. Y aún si cambian algunas cosas sobre eso, tú sigues ahí. Quiero que seas mi futuro. Quiero ser el tuyo. Y el sentimiento es tan grande que sé que no cambiará nunca.

Me miró maravillado.

— ¿En serio?— dijo sorprendido—, ¿No estás jugando conmigo?
— No tendría por qué.

Me abrazó. Pero muy fuerte.

— ¡Siento que de verdad me amas!— dijo emocionado.
— De verdad lo hago— dije—. Pensé que ya lo sabías.
— Sigue siendo muy difícil de creer.
— Por eso debemos tener sexo. Hasta que lo creas. Puede ser sexo romántico.
— ¿No es lo que estábamos haciendo antes?— dijo.
— No. Ese era sexo de dos personas que se desean mucho. Este sería diferente. Porque todo ocurriría más despacio... muy despacio... lento.

Me levanté y me incliné hacia él.

— Como si no tuviéramos prisa— dije y separé mis piernas para que él quedara en medio de ellas.

Me senté sobre su cuerpo y lo besé. Sentí sus manos en mis caderas mientras correspondía a mi beso. Traté de besarlo lentamente, como si esperara que algo se derritiera en mi boca... y fue maravilloso. Me excité demasiado con un simple beso. Sentía que mi entrepierna estaba en llamas. Tenía ganas de quitarme la ropa y arrojarla al suelo pero se suponía que debía ir lento... cosa que aunque parecía una tortura era muy sugerente...

Rupturas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora