Capítulo 42

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***

JESSIE

Apenas pongo un pie en la casa, comienzo a sentir los usuales cosquilleos que delatan las miradas de los adolescentes hormonales. Caroline avanza moviendo las caderas y haciéndoles ojitos a todos, con Amelie detrás de ella imitándola como un clon.

Entro al living y me dirijo a los sillones, el habitual lugar de mis amigos. Me siento en el sofá entre Nick y Matt. Sammy está sentada de costado sobre las piernas su novio, tomando de un vaso rojo descartable.

–No comprendo por qué prefieres acalambrarte las piernas con su peso, en vez de mandarla a sentarse en aquel sillón vacío –le digo a Matt con una sonrisa incrédula–. O en el lugar que yo acabo de ocupar.

–Yo si comprendo –responde Nick antes de que el otro pueda abrir la boca.

Señala la mano de Matt, que descansa en el culo de mi mejor amiga y suelto una risa corta pero sonora.

–Sean un poco más discretos, ¿quieren? –Matt pone los ojos en blanco reprimiendo una sonrisa.

Sammy esconde su sonrojo llevándose el vaso rojo a los labios.

–Creo que el que no es discreto eres tú –carcajeo.

A la castaña se le escapa una risita culpable cuando lo mira. Matt sonríe de lado, admitiendo que tengo razón, y mueve su mano hacia la pierna de su novia.

Pongo una mueca al pensar que esos podríamos ser Thomas y yo... Pero él prefiere mantenerlo en secreto.

Hablando del rey de Roma, mi novio aparece en escena con dos vasos descartables en las manos. Se acerca y me ofrece uno. Miro hacia adentro para confirmar que no es alcohol antes de agarrarlo.

¿En qué universo paralelo Thomas te daría alcohol? ¡Si ni siquiera él toma!

Es un buen punto, conciencia, pero de todas formas debía asegurarme.

Le doy un sorbo a mi Coca-Cola y recorro el lugar con la mirada para buscar a mis primas.

–¿Qué haces? –pregunta Nick con una ceja enarcada.

No le respondo al estar concentrada en mi tarea, pero alguien más habla.

–Coraline y Melanie fueron al jardín después de servirse vodka –me dice Thomas desde el sillón que le indiqué a Matt hace unos minutos cuando no había nadie sentado en él.

–¿Y ellas son...? –insiste Nick.

–Mis primas –respondo, levantándome para buscarlas y ver que no hagan algo que me comprometa a mí.

–¡Yo quiero conocerlas! –exclama como un niño chiquito que pide golosinas.

–No quieres, créeme –le aseguro.

–Ya lo dijiste, pero–

–Créele –lo interrumpe Brooke, entrando en escena con el labial algo corrido–. No quieres.

Le doy una mirada significativa y me rasco el labio para disimular que lo estoy señalando. Saca un espejo de bolsillo de su mochila para mirarse y pasarse el dorso de la mano por debajo de su boca, arreglándose la pintura.

–Y eso que esa escena no fue nada al lado de las que suelen hacer –continúo la charla.

–¿Qué ocurrió? –pregunta Sammy, intrigada.

–Les presté ropa para venir porque no esperaban que su "pequeña primita hubiese madurado y fuera a fiestas" –imito las palabras de Caroline–, y no trajeron nada para salir. Empezaron a revolver mi placard buscando lo más corto y atrevido que pudieran.

Solo Por Seis Meses (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora