Capítulo 29

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***

–¿Quién es ese? –pregunta Chris cuando entro a mi casa.

–El hermano de Brooke.

–¿Qué hacías con él?

–Me trajo de su casa.

–¿Y por qué él? Me dijiste que Brooke tiene un chofer. No será que te gusta, ¿verdad?

–¡No, por Dios! Es el fuckboy del colegio, todo un rompecorazones como tú. Pero a mi no me interesa, y debo ser la única.

–¡Yo no soy un rompecorazones!

–Traes una chica por semana. La diferencia entre él y tú es que tú tienes una por siete días y después otra, y él tiene cerca de diez por noche.

–Entonces me alegro que no te interese porque no quiero verte con el corazón roto –me sonríe.

Entro a la cocina para comer algo y me encuentro con mamá.

–¿No te dije que tienes que volver antes de que anochezca? –Deja lo que está haciendo y se cruza de brazos.

Le saco una cabeza, pero con esa postura y esa expresión, intimida.

–Estaba con Blake.

–¿Ah si? ¿Cómo está? –Se pone feliz de repente.

–Bien. –Frunzo el ceño ante su cambio de humor–. ¿Por qué lo amas tanto? –pregunto.

–Salvó tu vida, Jessie –me reprocha.

Pongo los ojos en blanco y subo a mi cuarto con el paquete de galletas.

–¡Plato! –grita mamá y vuelvo a buscarlo.

Abro el paquete cuando me siento junto a la ventana y veo que en la otra casa Matt está metiendo su ropa en una maleta. Le tiro piedritas para que me abra.

–¿A dónde vas?

–¿Recuerdas que para San Valentín íbamos a ir a lo de mi padre? –pregunta y asiento–. Bueno, al final nunca fuimos, así que volvió a llamar para pedirnos que fuéramos mañana. Volvemos el domingo.

–Te voy a extrañar. –Hago puchero–. Pero mucha suerte. –Le mando un beso con la mano y vuelvo a comer mis preciadas galletas.

[...]

Escucho voces abajo, por lo que imagino que Brooke ya llegó a buscarme para ir a su casa a prepararnos. Agarro mi mochila y bajo las escaleras. Cuando entro a la cocina, me encuentro a mis papás hablando de algo –al parecer interesante, por los tonos de las voces– con Blake. Ya me parecía raro que Brooke no haya subido a mi cuarto, y era por que no era ella quien llegó.

–¿Blake? –llamo su atención–. ¿Qué haces aquí?

–¿Brooke no te dijo? –me mira. Enarco una ceja, confirmándole que no me dijo nada–. Yo tenía que hacer algo por la zona así que pasé a buscarte para llevarte a mi casa.

Asiento y saludo a mis papás antes de ir al auto. En todo el camino no separo la vista de la ventana, como es de costumbre.

–Tenemos que buscar a Sammy –recuerdo cuando empiezo a ver mansiones, lo que indica que entramos a su barrio de gente rica.

–¿No va siempre con Matt?

–Sí, pero ellos se fueron a Nueva York.

–¿O sea que no va a haber sexo esta noche?

–Si te refieres a Ian y a Brooke, estaría medio difícil que lo hagan con cinco mil kilómetros de distancia entremedio.

No me preocupo en dejarle el toque de humor a lo que dije, porque de todas formas no va a reírse.

Solo Por Seis Meses (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora