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El miércoles en el almuerzo, Brooke me pregunta qué clases tengo, y cuando se entera que compartimos Biología insiste en que el jueves me siente detrás suyo.
Está dada vuelta hablando conmigo mientras esperamos al profesor, cuando una chica –creo que su mejor amiga– se nos acerca. Pone su largo cabello castaño sobre un solo hombro y se cruza de brazos.
–Perdón, gordi, estás en mi lugar –me dice, degradándome con el "gordi".
Estúpida.
Yo me hago la que examino el banco y después la miro.
–No veo tu nombre, gordi –le respondo, imitando su tono.
Escucho los susurros de las chicas del frente, seguro porque le respondí a una popular. Pero popular o no, yo no voy a dejarme intimidar por ella. La chica se queda con la boca abierta y con cara de asco antes de dirigirse a la morena.
–Brooke, dile a esta que se vaya. Me estabas reservando el lugar, no puede solo sentarse ahí.
–No te lo reservé, Regina, yo le dije que se sentara ahí.
Claro que se llama Regina, como la mismísima plástica de «Mean Girls», el colmo.
–Ya la escuchas... –empieza, pensando que Brooke iba a echarme. Pone cara de espanto al darse cuenta que lo que en realidad dijo la capitana, fue lo contrario–. ¡¿Qué?! –exclama, mirando a la otra.
–Me escuchaste. Hay un asiento en la primera fila, tal vez te puedes hacer amiga de los nerds –dice, mirando despectiva a los pobres chicos inocentes que no hicieron nada para que los trate así.
–¡¿Me estás diciendo que me cambiaste por esta?!
Brooke asiente, sin inmutarse.
–Esto no termina acá, gordi –me dice con bronca, antes de salir disparada a la puerta.
Pongo todo mi esfuerzo en no cambiar mi cara de póker a la carcajada que me come por dentro. Como si fuera poco, el profesor entra justo antes de que Regina abra la puerta y le pregunta a dónde iba.
–Emm... voy a... al baño –responde, nerviosa.
–El timbre ya tocó, vaya a sentarse.
El docente señala el banco libre en la primera fila. Regina suelta un bufido y se desploma en la silla, humillada.
En el resto del día no encuentro un solo segundo para estar lejos de Brooke mientras no estoy en ninguna clase. Al menos ya me considera su mejor amiga y yo ya estoy más cerca de conseguir lo que quiero.
Por fin, en el almuerzo, va al baño y corro a hablar con Matt.
–Fue buenísimo –exclamo, después de contarle lo sucedido en Biología–. Casi no podía aguantar la risa. Hubieses visto su cara, daba para una foto. Y su "gordi" me ponía nerviosa. Por suerte Brooke no es tan estúpida como Regina y no dice el "gordi", porque sino no podría ser su amiga por mucho que intentara.
–¿A qué va con eso?
–Es como para menospreciarte, hacerte sentir inferior a ella. Es como si te dijera "Pasame eso, lindo". Como que no se gasta en preguntarte tu nombre.
No alcanza a responder porque Brooke se acerca corriendo, me agarra del brazo y me lleva a su mesa. Tengo que soportar el tercer almuerzo con chetas de mucha plata. Ésta vez hablan de en cuál de los quinientos autos deportivos de sus padres tienen que ir para llamar más la atención.
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Solo Por Seis Meses (I)
Romansa¿Qué harías si un día viene alguien y te dice que te irás al otro lado del país, donde no conoces a nadie, durante seis meses? Jessica Harris no se lo tomó muy bien, estaba acostumbrada a su vida tranquila y monótona. Pero no estaba en posición de n...