Capítulo 17

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***

MATT

Salgo de las duchas con sólo una toalla tapándome de la cintura para abajo. Me sacudo el pelo con una mano y entro al camarín común, donde están los casilleros. Todos están quietos mirando a la puerta. ¿Pero qué...? Oh no.

Sammy está estática con los ojos como platos parada en la entrada de los vestidores masculinos. ¿Qué hace aquí? Se equivocó, eso seguro, porque se da vuelta y se aleja sacudiendo la cabeza, olvidándose de cerrar la puerta.

–¿A esa loca te comiste? –me dice uno desde atrás, riéndose.

Cierro los ojos con fuerza para evitar reventarle la cara contra los casilleros.

–Vuelve a decir algo de ella y te juro que vas a arrepentirte –murmuro, apretando los dientes y los puños a mis costados.

Sí, me la comí, y no es ninguna loca. Es la chica más hermosa que vi en mi vida y aunque no me acuerde del beso no me arrepiento en lo absoluto. Aunque seguí el consejo de Jessie de no sacar el tema con ella, muero de ganas por hacerlo. Quiero hablarlo con Sammy, quiero saber que ella no se arrepiente, quiero asegurarme de que siente algo por mí como yo por ella y que no siguió el beso solo porque sí.

Necesito hablarlo con ella, pero ya voy a tener tiempo en otra ocasión.

Cuando salgo del colegio, veo a Sammy, Jessie y Brooke a lo lejos. Sammy me ve, y automáticamente se sonroja y mira al piso, poniéndose un mechón de pelo detrás de la oreja. Supongo que acaba de contarles su pequeña aventura en el vestidor de los hombres y se avergüenza. De todas formas, se ve muy tierna sonrojada.

Me acuerdo del día que Jessie me habló de ella –fue como la cuarta vez en esa semana– y se me ocurrió buscarla en Instagram. Por suerte, tenía la cuenta pública y pude ver sus fotos sin seguirla. Y era simplemente hermosa. Su piel morena bronceada por el sol, sus ojos castaños tan llenos de vida, su sonrisa tan perfecta. Todo de ella era hermoso en las fotos, no por nada me fleché sin conocerla, y en persona es mil veces más linda. Y la personalidad segura y decidida que tiene me atrapó todavía más, si eso es posible.

Las alcanzo y Jessie me sonríe, a diferencia de Brooke, que busca a Ian con la mirada –o tal vez a Tyler, la muy hija de puta–, y de Sammy, que no levanta la cabeza del piso.

–¿Te vas con ellas o vienes conmigo? –le hablo a la única que me está prestando atención, aunque ignora mi pregunta.

–¿Sabes qué? Caí en la cuenta de que en tres días es San Valentín, y –Se me acerca al oído para que Brooke no la escuche– tu hermano todavía no me da bola –susurra con una mueca. Me río y frunce el ceño–. Hablo en serio. Como sea, ¿y tú qué onda? ¿alguien a quien darle flores?

–De hecho, sí. –Le sonrío y me devuelve la sonrisa.

Veo de reojo que Sammy levanta la cabeza y su boca se abre. Mierda, ¿y si pensó que tengo a alguien más? Si solo supiera que me gustaría pasar todos los San Valentín de mi vida con ella.

–Creo que me voy a comprar chocolates a mi misma. –Jessie entrecierra los ojos, como imaginándoselo.

–Yo sé de alguien que va a comprarte. –Le sonrío–. Y ese porque lo tengo seguro, pero como en el diario confirmaron que estás soltera creo que vas a tener varias rosas rojas.

Es la tradición en muchos colegios enviar rosas rojas a tu San Valentín con una nota. Tu rosa puede ser anónima o no, dependiendo de si pones tu nombre en la cartita, la cual tienes que escribir y dejar en el buzón del pasillo para que las encargadas junten cada notita con una rosa y la envíen a la chica correspondiente. Yo obviamente le voy a mandar una a Sammy, aunque aún dudo de si hacerla anónima o no.

Solo Por Seis Meses (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora