Capítulo 28

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Nunca pensé que Nate me haría esto.

Ahora todo tiene sentido. «No quiero que se vaya a la primera cagada» le dijo a Matt.

No se refería a la primera mierda que se mandara.

Se refería a cagarme del modo de clavarme los putos cuernos.

Y no entiendo cómo pudo creer que llevándome a desayunar a un lugar caro, yo iba a querer quedarme después de que se comiera a otra piba cuando yo no veo.

Lo agarro del cuello de la remera y lo empujo hacia atrás, separándolo de la otra chica. Antes de que reaccione, le pego una cachetada que no se va a olvidar nunca en su vida. En la poca luz de la habitación, puedo notar que su mejilla empieza a tornarse roja. Voy a reírme cuando le quede mi mano marcada.

–Jessie. –Parpadea varias veces–. ¿Qué haces aquí? Tú no...

–Sí, no iba a venir –termino por él, sorpresivamente tranquila–. ¿Y pensaste que no iba a enterarme? No sé si te diste cuenta que todos mis amigos están en esta fiesta, Nate. Y explícame una cosa, ¿era necesario? ¿Por qué me haces esto? –Sacudo la cabeza cuando abre la boca–. No quiero que respondas eso. Ya está. Se terminó, Nate.

–¿Qué? Pero... ¡Solo fue un beso! –exclama.

–Error, fueron cinco –interviene Sammy.

–Nate, me escuchaste decir que no iba a besar a nadie más que a ti mientras estuviéramos juntos, y aún así vienes y te comes, no a una, sino a cinco pibas. ¿No era más fácil cortarme? Te voy a hacer el favor para que te comas a todas las que quieras, y te voy a cortar yo.

No sé de dónde saqué tanta tranquilidad, pero descubro que no estoy enojada. No siento ninguna ira creciendo dentro mío. Duele, sí, pero creo que esto me ayudó a entender que no valía la pena esta relación. Así como yo no lo lleno lo suficiente para que no quiera comerse a otras chicas, el no me llena lo suficiente para que yo no mire a otros chicos. Creo que a fin de cuentas iba a cortarle, y esto me ayudó a dar el paso. Así que no, no estoy enojada, estoy agradecida. Después de todo, es más divertido estar soltera.

Me dirijo al jardín y escucho como alguien le pega otra cachetada, seguramente Sammy. Sonrío al pensarlo antes de que me intercepte Brooke.

–¿Estás sonriendo? ¿Cuando acaban de cagarte? –Me pregunta con el ceño fruncido.

–Eso. –Nos alcanza Sammy–. No entiendo cómo le dijiste todo tan tranquila.

Les repito lo que segundos antes estuve pensando y mi mejor amiga no parece sorprenderse.

–Me imaginaba que pensabas cortarle, pero si solo hubieses sabido que iba a gorrearte le cortabas antes y el no tenía la satisfacción de verte sufrir por él –dice.

–No estoy sufriendo por él. –Frunzo el ceño.

–Entendiste mi punto.

–¿Por qué te gusta tanto estar soltera? –pregunta Brooke.

–No lo sé, soy más libre. Puedo pensar en el que quiera, besar al que quiera, ilusionar al que quiera... No estoy atada a nadie.

–Me gustó la parte de ilusionar, no conocía ese lado de ti –sonríe maléficamente.

–Me refiero a que yo siempre he tenido como una necesidad de gustarle a todos los pibes que conozco, aunque ellos no me gusten. No sé ponerle un nombre a eso, así que lo resumo con "ilusionar" aunque no tenga nada que ver.

–Si no te conociera diría que eres una necesitada, Jessie. –Niega con la cabeza.

–No lo soy, es algo automático. No pienso en hacerlo, simplemente me sale solo. –Me encojo de hombros y Sammy asiente.

Solo Por Seis Meses (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora