Solo Por Seis Meses (I)

Capítulo 23

NOTA DE LA AUTORA: Escuchen el multimedia cuando se nombre la canción Hold On de Chord Overstreet.

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El miércoles, Lex me pasa a buscar con Sammy. Al parecer, todavía no le arreglan el auto a mi amiga. Cuando me subo, el conductor se da vuelta y me entrega una caja.

–Regalo de cumpleaños atrasado, no puedes decir que no –me dice, sonriendo.

La agarro y la abro con el ceño fruncido.

Dios mío y la Santísima Virgen María.

–¡¿Un IPhone 11?!

No puede ser posible que me esté regalando este teléfono.

–Le dije que se te había roto el tuyo y quiso comprártelo –dice Sammy.

–Lex, muchas gracias, en serio, pero no puedo aceptarlo. –Niego con la cabeza.

–Sí puedes y vas a hacerlo. No se aceptan devoluciones.

En el camino empiezo a configurarlo. La verdad es que siempre quise un IPhone, pero mis padres nunca pudieron costearse uno. Ya sé, dirán que uno es gerente de empresa y la otra abogada, ¿por qué no podrían? Bueno, dejénme decirles que mamá no tiene muchos clientes y que papá ha vivido en cargos bajos hasta ahora que lo trasladaron para ser suplente del gerente, por lo que no tenemos más que lo suficiente.

Cuando llegamos al colegio le doy un abrazo a Lex, que me besa la cabeza.

–Tengo al mejor hermano de otra madre del mundo. –Le sonrío.

–¡Jessie! –me llama Brooke desde alguna parte detrás mío–. ¿Por qué ya no vienes con nosotros? Te extraño en el auto.

Me volteo. Su coche está estacionado detrás del de Lex y Blake se está bajando.

–Lex me va a traer y buscar ahora. Hasta que mamá se relaje al menos –le digo.

–No, te voy a traer y buscar hasta que cumplas dieciocho –dice él.

Está con el culo apoyado en su auto y los brazos cruzados.

–Cuando cumpla dieciocho ya no voy a vivir aquí, te recuerdo. Solo me quedan unos meses para volver a Chicago.

–Dios, no puedo creer que vamos a separarnos de vuelta. –Se acerca y me abraza–. Ya fue difícil no tenerte un mes, imagínate toda una vida.

–Voy a extrañarte, pero voy a venir de visita y todavía nos quedan cuatro meses para estar juntos. –Le sonrío.

–Ay, qué ternura –finge Brooke–. Ahora vámonos, Jessie, vamos a llegar tarde.

–Espera –dice Blake.

Se había quedado parado frente al deportivo de su hermana y había ignorado a todas las rubias que lo saludaban.

–Jess, ¿podemos hablar? –pide.

Asiento y lo sigo a un rincón apartado del estacionamiento, pero como vuelva a besarme le voy a pegar una cachetada que no se va a olvidar nunca en su vida.

–Es tu novio, ¿no? Por eso me rechazaste, ¿verdad? –insinúa.

Claro, él no estaba con nosotros cuando Lex fue a buscar a Sammy.

–No tengo novio ni tengo pensado tener en mucho tiempo. Él es... no te importa quién es. Y ya te dejé muy en claro por qué te rechacé: porque no me interesa. Ahora, ¿no te gustaría dejar ya el tema, seguir con tu vida como yo intento hacer, y pretender que no pasó nada? –Le sonrío falsamente y me voy con mis amigas.