Capítulo 9

131 15 0
                                    

***

Viernes. Otra fiesta. No quiero ir. Además, no tengo qué ponerme. Pero Harper está insistiendo.

–¡Ten un poco de vida social!

–¡Tengo vida social! Solo no quiero ir a una fiesta en la que juegan esas cosas infantiles como el verdad o reto y en la que tengo que cuidar de mi hermano borracho.

–Podrías emborracharte tú también y dejar que el resto te cuide –sugiere ella, encogiéndose de hombros.

–No, Dios, el alcohol me da náuseas.

–¿De qué hablan? –pregunta Matt entrando a la cocina.

–Cosas de chicas. –Harper le hace una seña para que se vaya.

Matt ríe y vuelve sobre sus pasos.

–Volviendo al tema, seguro que Brooke tiene algo para prestarte.

–Ajá, suponiendo que me va a quedar bien. –Me miro el pecho y suspiro.

–Deja de quejarte de que no tienes tetas. Son del tamaño perfecto: ni muy grandes para que se sacudan cuando corres, ni muy chicas para que seas plana en serio.

–Como sea, Brooke es de las que las tiene grandes.

–¿Qué cosa tiene Brooke? –pregunta Ian, haciendo su aparición.

–Cosas de chicas –repite Harper, agarrándome de la muñeca y llevándome a su cuarto–. En esta casa no se puede hablar sin que aparezca algún hermano.

Después de buscar entre sus cosas, desiste y me lleva al shopping. Me compro unos pantalones blancos y un top plateado y ella me presta una chaqueta de cuero negra con unos tacones que hacen juego.

Brooke pasa a buscarnos y me ayuda a armar el bolso para luego dormir en su casa, ya que esa va a ser mi excusa para no tener que explicarle a mamá cosas que son mentira de la fiesta. Por otro lado, a mi hermano ya no le pregunta a dónde va. Según ella ya tiene los años suficientes.

En el auto, Blake va adelante, al lado del chofer, y Brooke se sienta entre Tyler y yo en el asiento de atrás. A pesar de estar por fin tan cerca de mi hermano como había querido las últimas dos semanas, no muestra ninguna emoción que indique si está feliz.

Llegamos a la casa y de nuevo Blake se rodea de chicas al bajarse del Ferrari, aunque esta vez solo le da su sonrisa torcida a las rubias, al igual que estuvo haciendo toda la semana, como si las morochas fueran feas de un día para el otro.

Una morena se acerca a mi hermano y entran juntos a la mansión.

Brooke se encuentra con Ian y empiezan con los besos apasionados.

Y yo... bueno, yo me quedo sola. Al menos hasta que se me acerca Nick.

–¿Y? ¿Ya sabes quién va a ser tu víctima esta noche?

–¿Mi víctima? –repito, enarcando una ceja.

–Sí, en la fiesta pasada un amigo te tiró un millón de indirectas y le ignoraste todas, le rompiste el corazón –dramatiza.

–¿Eh? Yo no ignoré a nadie. –Frunzo el ceño, perpleja.

–Bueno, tal vez sólo no lo viste. Pero no te preocupes, no le rompiste el corazón, solo se desilusionó porque quería contigo.

–Qué lástima –finjo una cara triste y él se ríe.

–Como eres un asco captando indirectas, yo lo voy a hacer por ti. Por ejemplo, aquel te está mirando el culo con muchas ganas. Y ese te mira las tetas.

Solo Por Seis Meses (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora