***
Como todos los martes, entrenamos con el equipo, y como siempre que esto pasa, todas se ponen sus conjuntos más sexys. También igual que siempre, yo me pongo mi conjunto y arriba un remerón. Pero el universo nunca va a estar a mi favor.
Una de las porristas entra corriendo al vestidor con un vaso de jugo en la mano y tiene que venir a tropezarse justo al lado mío, tirando todo el líquido sobre mi ropa. Tengo que sacarme la remera y entrenar tan descubierta como las demás.
Justo cuando pienso que mi día no puede ir peor, me entero que el último entrenamiento antes de un juego lo va a ver todo el colegio, por ende, la escuela entera va a estar ahí, viéndome en top y calzas cortas.
El universo te odia con ganas.
Gracias por decírmelo, conciencia, si no aportabas ese comentario iba a morir sin saberlo.
Al menos no me odia lo suficiente y, aún sintiendo cientos de miradas en mí, logro hacer mi rutina sin caerme.
Apenas terminamos, voy a felicitar a mis amigos. Sinceramente la rompieron y si no ganan mañana...
Unos brazos me envuelven por detrás e interrumpen mis pensamientos. Nate me levanta del suelo y empieza a dar vueltas conmigo. Me agarro fuerte de sus brazos y suelto un gritito cuando me deja caer de golpe. Me doy vuelta y le pego juguetonamente en el brazo. Él sonríe de oreja a oreja. Me quedo mirando sus hermosos hoyuelos por unos segundos antes de darme cuenta de que me está felicitando.
–¡Yo debería felicitarte a ti! Yo solo hice unas piruetas y di unos saltos, ustedes lo dejaron todo en el campo.
Los otros se nos unen y chocamos los cinco todos al mismo tiempo.
–¡Tienen el partido ganado! –exclama Brooke, pegándose a Ian.
Corro la mirada cuando este agacha la cabeza para besarla y me encuentro con los ojos de Blake, que me miran fijo. Desvía rápidamente la mirada y yo frunzo el ceño. ¿Por qué no sentí su mirada? Recuerdo cuando tampoco la sentí en mi casa cuando tocaba el piano. Algo raro le está pasando a mi sexto sentido porque sí supe que me estaba mirando las manos en el juego de yo nunca nunca.
[...]
El miércoles, no sé qué es peor: si sentir las miradas de todos los pibes cuando paso por los pasillos, o que algunos se acerquen a hablarme y a darme sus números.
–¿Por qué los tiras? –pregunta Brooke después de que yo arrugue un papelito con el teléfono de un pelinegro que acaba de intentar coquetearme, y lo tire a la basura.
–Porque solo les interesa mi culo ahora que me vieron casi en bolas en el entrenamiento. No se fijaron en mí antes de eso, por lo que no les intereso yo como persona, así que a mí no me interesan ellos. –Me encojo de hombros.
–En estos momentos eres la que más pretendientes tiene, lo dice el diario del colegio. –Levanta las cejas al mirar su celular.
–¿Qué?
Hace dos días lo abrieron y todavía no he encontrado noticias interesantes, por lo que dejé de fijarme en lo que suben.
–Sí, mira. –Me acerca la pantalla y leo el titular de la noticia:
Jessica Harris y su lista de pretendientes
Pongo una mueca ante mi nombre completo y le arrebato el teléfono a Brooke para comenzar a leer.
»Ya todos sabemos que Jessica Harris vino de Chicago para estar con su novio, Matteo Moore (muy conocido por estar en el equipo), a quien conoció por las redes sociales. Pero el tener novio no ha impedido que la mayor parte de los chicos que estuvieron presentes en el Último Entrenamiento le pegaran ojo y que hoy le pasaran su número. No obstante, Jessica es fiel a Matteo y ha tirado a la basura todos los papeles con números anotados.«
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Solo Por Seis Meses (I)
Romance¿Qué harías si un día viene alguien y te dice que te irás al otro lado del país, donde no conoces a nadie, durante seis meses? Jessica Harris no se lo tomó muy bien, estaba acostumbrada a su vida tranquila y monótona. Pero no estaba en posición de n...