CAPÍTULO 12.

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CAPITULO 12.

Han pasado dos días desde mi encuentro con Gates, no nos hemos comunicado.

Creo que los dos estamos tomando nuestro espacio para asimilar lo que me confesó y que yo lo atraje hacia mí con brujería.

¡Irónico!

Quedamos de vernos hoy, con Daniel y Melania a la una de la tarde en una cafetería a la que solemos frecuentar, algunas veces van bandas de chicos a cantar y es agradable.

Cuando estoy a punto de encender la motocicleta recuerdo que se me olvidó mi teléfono que está cargando en el baño.

Estando de vuelta en la motocicleta y verificando que no se me esté olvidando algo más, voy rumbo a la cafetería.

Abro la puerta una vez que llegó y de esta se escucha el sonido de unas campanas que están ubicadas arriba y cada vez que alguien entra, suena.

El lugar desde que tengo memoria, siempre ha tenido un estilo hippie, con atrapa sueños colgados del techo y casi todas las sillas son de lana tejidas a mano y los colores siempre son muy alegres.

Lo primero que veo al entrar es a una pareja que se están dando de comer una cucharada de helado mutuamente, con cara de pendejos enamorados.

Asquito.

En la barra están muy ocupados preparando, yo que se, ¿muchas cosas ricas?

Sigo analizando el lugar y un silbido retumba las paredes, parece que están llamando a alguien.

- ¡ALANA MEORI! – Grita una voz y volteó automáticamente, es Daniel, le hago señas para que se calle y el asiente.

- Hola bestias de monte – saludo y les hago un gesto con la cabeza, nunca he sido de abrazos o besos en el cachete.

Mi manera de expresar mi cariño siempre ha sido así, haciendo bullying.

- Pensé que nos dejarías plantados – alega Melania y tomó asiento.

- Nunca hago eso – respondo a secas mientras se acerca una mesera a tomar nuestras órdenes.

- Hola, buenas tardes ¿qué van a querer? – pregunta la chica pelirroja.

- Hola, dos frapuccino caliente y un frappé, por favor – le responde Melania amablemente a la chica, es lo que siempre pedimos cuando venimos.

Estaba a punto de decir algo cuando suena mi teléfono.

¡DIRINDINDOG!

Esta vez era un mensaje de WhatsApp y no de Facebook Messenger.

¿que andas haciendo?

¿Como supo mi número? Cada día me sorprende más con su habilidad de detective.

Estoy en una cafetería con mis amigos

Ay, qué mal

¿por?

Porque te iba a decir que vinieras a mi casa-mansión e hiciéramos algo

Voy, pero con dos condiciones

¿cuales?

Gastas la comida y voy con mis amigos

Hecho

Espera te confirmo

Bueno

Levanto la mirada de mi pantalla y los miro a los dos con una mirada pícara.

- ¿Quieren ir donde fue nuestra última fiesta?

Lo Que El Destino Quiera. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora