CAPITULO 45.
Pasan, pasan, pasan las horas y no hay noticias.
La mamá de Daniel ya me llamo y sin poder verla sentía que tenía su corazón en sus manos, ella misma bombeándolo para poder vivir y no destrozarse ahí mismo.
La intenté calmar, nada fue posible, solo su esposo la logro calmar.
No he hablado con ella ya en varias horas.
Me acomodo la chaqueta que me colocó Gates encima ya que solo estaba en sostén, mi camiseta ya estaba llena de sangre, ya que con esa hice presión en las heridas de mi mejor amigo.
Melania ya llegó y está con Jayden quién la consuela.
Yo no me he movido del lugar en el que caí de rodillas, mis mejillas no han parado de estar húmedas, pero al menos los sollozos se fueron.
- ¿familiares de Daniel García? – llega un doctor que desde ahora será un ángel con la noticia que salió de su boca-. Esta estable.
Liberé todo, absolutamente todo el aire que tenía mientras volvía a llorar como una niña pequeña que de tanto llorar siente que se está ahogando.
- Respira Alana, respira- me agarra Gates el rostro con ambas manos y yo coloco las mías en sus muñecas-. Mírame y cálmate, respira conmigo.
Empieza a contar del uno al tres mientras inhala y exhala.
- Esta bien- agarró el cuello de su camisa con fuerza-. No se va a ir de mi lado.
- No se va a ir, pelinegra- lo abrazó con todas mis fuerzas.
Sigo en esa posición hasta que Melania llega, al verme de nuevo llorar se acerca arrebatándome de los brazos cálidos de Gates.
- Por favor dime qué no- se le empaña la vista y el café en sus manos empieza a temblar.
- No, bizcocho esta bien- deja caer su café al suelo y me abraza demasiado fuerte ya que casi nos caemos.
Dura un buen rato en mi pecho llorando y cuando me mira tiene una pequeña sonrisa.
- Bizcocho esta bien- repite mis palabras para que está vez me abrace emocionada.
Jayden le da un palmadon en la espalda a Gates y él le devuelve el gesto.
Se nos quedan viendo y cuando Melania y yo nos separamos cada una va a abrazar a nuestra gran compañía.
Suelto un suspiro de alivio mientras inhaló la rica fragancia que sale del pecho del gran hombre al que abrazo.
- Vamos a la cafetería- me toma de la mano y camino con él.
Llegamos y él me sienta en un silla, él se acomoda en frente mío.
- Va a estar bien y si es necesario se pueden quedar en la casa-mansión- agarra mi mano apretándola un poco.
- ¿qué le pasó para que hiciera eso? – ladeó mi cabeza y mi labio amenaza con volver a temblar.
- No importa la razón, lo que importa es que llegamos a tiempo y está aún con nosotros- me da una mirada sincera.
Mi mente viaja a la tina con el agua color carmesí, el piso lleno de sangre aún caliente, los labios de Daniel morados.
Parecía que estaba... Muerto.
- Deja de pensar en eso- vuelvo a mirarlo.
¿La mamá de Daniel cómo estará? Mierda, la mamá de Daniel.
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Lo Que El Destino Quiera. [TERMINADA]
Random- ¿hiciste la ley de atracción? - si. - ¿Lo lograste? - También. - ¿Te funcionó? - Se fue todo al carajo. [Terminada] ©All Rigths Reserved