Lo Que El Destino Quiera. [TERMINADA]

CAPÍTULO 43.

CAPÍTULO 43.

- Tómame una foto, dura más- interrumpe mis bellos pensamientos.

- Se original- lo suelto.

- Oye, pero hablando bien, tú no tienes una foto mía en tu aparatejo- se le enreda la lengua al hablar igual que a mí.

Me quedo pensando mirando al techo y tiene razón, tenemos juntos y muy pocas, pero de él solito no.

- Mira, yo sí tengo una tuya- saca su celular lo más rápido que puede y enciende su pantalla a centímetros de mis ojos haciendo que me aleje para enfocar.

Miro bien y es la foto que me tomo en nuestra primera salida, esa que me tomo desprevenida saliendo del vestuario lista para la sesión de fotos.

Extrañamente la foto salió genial, estoy sería que eso no es raro, pero me veo fabulosa.

Levanto mi vista y lo miro que se está mordiendo su labio inferior con nerviosismo.

- ¿me tienes de fondo? - me hago la incrédula.

- Es que no conseguí alguno que me gustará en Pinterest y tú foto estaba muy solita en mi galería así que la saqué para que todo el mundo que viera mi celular, te viera a ti y supiera que soy el más afortunado por tenerte así- se separa de mi para mirarme y vuelve-. Y conmigo.

Mierda, porque cuando me dice esas cosas me quedo como una estúpida.

- No tienes que decir nada, te entiendo- sonríe y me acaricia la mejilla con sus nudillos.

Le sonrió y es una de esas pocas y escasas sonrisas genuinas que están en peligro de extinción es ente planeta.

Ojos bonitos, ja, no me acordaba de eso y lo vuelvo a ver y vaya que si tiene unos bonitos, marrón caca, pero no les quita lo bonito.

- Cuéntame algo que nunca le hayas contado a Alguien- me acurrucó en el hueco de su cuello aspirando su perfume.

- Mhmm- se queda pensando un buen rato-. Días antes de conocerte y verte salir de tu instituto, me ofrecieron metanfetamina y estuve demasiado cerca y sabes que fue lo que me hizo detenerme.

- ¿Qué?

- Tu recuerdo salvandome de muchos zombies, pensé en ese momento que también venías a salvarme y salí corriendo de ese lugar a desquitarme con alguien, no es un final feliz, pero algo es algo.

Me quedo pensando en lo que me dijo.

- ¿Cuentas algo tuyo? - curosea ahora él y suspiro.

Que le cuento a este hombre.

Tengo muchas cosas escondidas, nunca las he querido revelar, pero que más da una solita.

No lo cuentes, te pueden lastimar.

Esa maldita voz, solo aparece para decir cosas malas.

El nunca me lastimaria.

- Me gusta escribir y leer mucho- se que no era la gran cosa, pero nadie sabía de eso.

- Ya lo sabía- eso sí que no me lo esperaba.

- ¿cómo? - sonrió con estúpida mirándolo.

- No eres de las personas que solo compran libros para adornar, tu forma de escribir puntualizando todo, los muchos papeles apilados y con un severo desgaste en los bordes, los post-its y de vez en cuando se te salían frases de libros.

Como no sabía esa mierda.

Me le quedo mirando con los ojos abiertos.

- Tu no eres de esas personas psicoanalistas, no jodas - he leído unos libros con personas así, eso sí me da miedo.