Lo Que El Destino Quiera. [TERMINADA]

CAPÍTULO 33.

CAPÍTULO 33.

- Ve, entra y me dices si hay alguien más- me ordena y eso no evita que me devuelva a mirarlo con cara de pocos amigos-. Digo, se llegan a enterar mis papás de que entre al baño de mujeres, me desheredan.

¿pues que pregunte?

- No empieces, Dios- le hago señas con la cabeza de que entre conmigo.

Por suerte de Gates no hay nadie en el baño.

Paso derecho hacia un cubículo.

- ¿ A qué lugar quisieras viajar en nuestra luna de miel? – me pregunta y creo que intenta distraerme.

- AHHHHHHHH…. – el dolor no me deja hablar-. Alaska.

Siempre he querido ir a Alaska por alguna extraña razón y por otra razón extraña no siento pena por qué Gates puede ser que esté oyendo el tiroteo que sale de mi cuerpo o el olor.

- Si viste que no dijiste que no a la luna de miel- dice y sin que el lo noté ruedo los ojos-. O sea que no te niegas a una boda.

- No se lo que respondo cuando siento que se me está saliendo hasta el corazón por mi culo- le grito para seguir en lo mío.

- Oye, pero deberíamos evitar a la próxima ordenar camarones- le grito y dice un “lo siento”

Lo más lamentoso de esta noche es que yo si quería perrear hasta el piso.

Me molesta mucho cuando algo no sale como quería, simplemente todo tiene que salir como yo lo planeó.

Pero Claro, como esta es la podrida vida real… pues no la puedo planear.

- Tu tómate tu tiempo que yo aquí espero tranquilo- no se porque siento que se queja.

- Ya salgo.

Salgo del baño y me recuesto en el umbral de metal de la puerta mientras me acarició mi estómago.

- Aquí hay dos opciones- le digo para luego volver a quejarme de los retorcijones-. Nos quedamos ambos y bailamos o yo me voy y tú quedas.

Analiza mis propuestas y ya se que va a decir.

- Y no, no hay una opción de irnos los dos- vuelve a cerrar su boca para meter sus manos a los bolsillos de su pantalón.

Nos quedamos unos minutos en ese silencio.

- Oye pero si te tienes que quejar de la comida de este lugar- le aviso y asiente preocupado.

- ¿vamos al hospital?

- ¿Por qué eres tan exagerado? – le pregunto y se remueve en su puesto.

- Me preocupo por ti y me respondes así- hace una mueca y me da la espalda dramático-. Si esta es la parte en la que me das la vuelta y me besas por favor lávate las manos primero.

Me acerco al lavamanos, me aplico jabón y me enjuago con agua.

Lo giro de su chaqueta, pongo una de mis manos en su hombro y con la otra agarró fuerte su corbata acercándolo a mi.

- Casi me quitas mi cuello- demanda y se ríe por lo bajo.

- ¿ahora sí? – le pregunto y sonreímos.

- No puede haber momento más perfecto que este – me río a pocos centímetros de su boca.

Claramente si puede haber un momento más perfecto que este.

- Espera un momento- apartó a Gates que estaba apunto de besarme.

- ¿Qué pasa? – me pregunta sin entender nada.