CAPÍTULO 31

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CAPÍTULO 31.

Definitivamente no me vuelvo a embriagar, está última vez la felicidad me costó MUCHO.

Y ni si hable de la paciencia que voy a tener que desarrollar para estar con todas las bestias mientras intento dar todo de mi.

Espero dar todo de mi, pero la verdad me conozco y sé que me va a valer verga la opinión de los demás.

-   QUE TE CALLES YA- le grito a Jayden que no para de hablar y ya casi toda la gente del vuelo lo ha callado.

En el vuelo me asignaron al lado derecho a Gates y al lado izquierdo a Jayden

Atrás nuestro están Melania, maya y Daniel.

Se preguntarán por Lucas, a él lo colocaron en otro puesto muchas cabinas detrás porque el asiento que tenía reservado un niño lo vómito mientras abordaba.

Maya se puso triste, pero Daniel le ánimo.

Ya va una hora de vuelo, faltan dos horas y media más para aterrizar.

Me pongo los audífonos que nos regalo el avión para tratar de ignorar los llantos y pataleta de un niño unos puestos atrás, por cierto estos audífonos son una mierda.

Yo a esa edad ni lloraba, yo a esa edad ya volaba.

Sobrada.

-   No te quedes dormida- demanda Gates y yo lo miro sería- lo digo porque duermes y pareces que hubieras trabajado días seguidos sin dormir.

-   Nada que ver y menos lo voy a lograr con ese niño- contestó eso un poco fuerte para que la madre de ese engendro tenga compasión y lo calle.

Desde que le grité a Jayden no ha dicho ni una sola palabra más.

Ya apunto de quedarme dormida y con mi cabeza doliendo "que por cierto no sé con qué me golpeé", Daniel dice algo gritando.

-   Callen a ese chino marica- grita en español y muchas personas del vuelo no entienden mientras otras se ríen- chino pa’ cansón.

Por el grito de Daniel, llega una azafata.

-   Señor, por favor guarde silencio- le dice amablemente.

-   cállese usted Hijueputa o más bien calle a ese engendro del diablo- le dice él en español y la azafata no entiende, el se lo repite en inglés.

-   No me mande a guardar silencio a mí, dígale mejor a ese mocoso que se calle- eso sí lo entiende la azafata y se va hacia dónde está el niño apenada.

Yo suelto una risa mientras miro a Gates que como la azafata, no entendió nada.

Segundos después escucho decirle la azafata al niño que por favor guarde silencio ya que la mamá del mocoso estaba durmiendo como camionera.

-  ella si duerme como camionera- le digo susurrando a Gates.

Por eso es que no soporto a los niños.

-   Yo no me voy a callar, vete a hacer tú trabajo que para eso te pago- le grita el niño y hasta aquí llego mi paciencia.

Claramente la azafata no lo puede callar o responderle de manera grosera ya que es un niño contra una adulta y perdería su empleo.

Pero yo soy una clienta de la aerolínea y la cliente siempre tiene la razón.

Me estoy quitando el cinturón de seguridad y Gates me mira dudando si preguntarme o no.

-   ¿Qué vas a hacer?

-   Paracaidismo- le digo sarcástica y se preocupa- no seas idiota, a callar al niño.

Lo Que El Destino Quiera. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora