CAPÍTULO 39.

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CAPÍTULO 39.

Luego de un gran show para los vecinos, Gates me obliga a entrar a la casa para alistarnos.

- Ya sabes, doscientos- le recuerdo de la apuesta cuando el me está observando mientras me arreglo en frente del espejo.

- Presiento que perdí mi dinero- admite y lo apoyo.

Me colocó mi vestido negro deportivo y Gates sigue mirándome como si fuera el objeto más caro, delicado y deslumbrante de todo el mundo.

Aun no me acostumbro totalmente a esto, esta clase de amistad que tenemos por no decir relación, ya que solo esperamos mi respuesta para tener algo seriamente.

Seria mentirme a mi misma si digo que no me gusta sentir la compañía y lo querida que me hace sentir ese imbécil.

Termino por aplicarme máscara de pestañas y glip gloss.

- ¿cómo quede? - le pregunto para luego interrumpirlo-. Quede como el puto diamante más caro que hayas visto en tu vaga vida.

El se ríe al notar todas las verdades que salen de mi boca.

- Vámonos pues- se levanta de la cama Y me agarra de la mano-. ¿te puedo preguntar algo?

Que querrá ahora.

- Rápido y sin filtro, no tengo toda la vida- respondo.

- ¿y no tienes toda la vida para mí?

Le hubiera puesto filtro.

- No empieces Gates- extrañaba decir eso, últimamente a aprendido cosas mías.

Hace una pausa y respira trágicamente.

- ¿me quieres? - me deja paralizada.

O sea si, lo quiero y mucho ¿acaso no se ha dado cuenta?

- Si, pero cuando te lo diga es porque en verdad me nace decírtelo, porque voy a estar preparada y lo voy a sentir más que nunca.

- Siento que le vas a poner más esmero a decirme te quiero que cuando planeaste tu primera vez- se ríe para no llorar.

- La verdad si.

Nunca he tocado ese tema con alguien.

- No me acuerdo de mi primera vez, lo tenía todo planeado en una fiesta con un imbécil- me río mientras me subo al auto-. Pero todo se fue a la mierda, bebí hasta más no poder y lo hice con alguien que estoy segura de que media menos de uno ochenta, me metí con un enano.

- ¿te preocupó más que fuera enano y no otras razonables cosas?

- Si, un enano con semejante diosa, no me pudo olvidar en años... no tengo pruebas pero tampoco dudas.

Hoy me siento muy rara más de lo normal, ya que no he parado de hablar en casi todo el día, ahora mismo estoy contándole mis metáforas de la vida y mis dudas sobre Daniel.

-¿Por qué no me dices que me calle? - le pregunto ya que yo ya lo hubiera hecho si él estuviera en mi lugar.

- me gusta escucharte hablar sobre si nosotros somos los que estamos encerrados en el área cincuenta y uno, que algún día vamos a despertar en una cama siendo una persona diferente y que Daniel puede tener novia- eso es un buen resumen definitivamente.

Son preguntas existenciales que no me dejan ser yo misma.

- ¿y tú qué piensas de mis metáforas?

- Me da igual si Daniel tiene una novia y estás viendo muchas cosas en Netflix Alana.

Estado: indignado.

Lo Que El Destino Quiera. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora