Prológo

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Yo era la chica "perfecta". Solía serlo. La hija que todos deseaban tener. La amiga que a todos les interesaba tener. Responsable. Madura. Obediente, muy obediente. Como la dócil oveja que sigue a su pastor, sin entender porque este la cuida y después le quita una parte suya. Su lana. O como el jardinero que cuida una flor para después cortarla.

Yo era como la oveja o como la flor. Nunca había llegado a entender esta paradoja de la vida. No entendía porqué quién nos quiere, nos hiere. 

Mi inocencia no me permitía ver más allá de la pureza. Pero no había tenido en cuenta que detrás de la pureza también existe una curiosidad por el pecado. Como la manzana de Eva. El amor de Adam.

Había olvidado que la oscuridad también hace parte de la vida. O como cuando la luz nos refleja una parte de nosotros y por detrás nuestra sombra sale.

Pues bien, yo fui en busca del misterio en persona, Charlie White, un enigma. Un hombre. Con mil pasados o mil fantasmas.

Este misterio acabaría consumiéndome a mi o yo a el. Pero Charlie White, era el mítico escritor y yo su musa en blanco. Y del blanco al negro, solo hay un paso.

Las Sombras De CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora