Capítulo 22

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Debería volver  a dentro. Sí. Sería una fantástica idea.Pero alguien me dice ¿Qué diablos le digo a Davis?. Esto aquí de pie en el jardín de este restaurante viendo como Charlie se va. Y yo sigo de pie, sin poderme mover. ¿Qué acaba de pasar?. ¿Me lo habré imaginado todo?. No creo. Esta exicitación que tengo, esta sensación de vuelo, no son más que la confirmación de que realmente ha pasado.       ¡Me han besado! y nada más y nada menos que Charlie White. Creo que cualquier chica en mi lugar estaría saltando de la felicidad. Y yo? sigo sin moverme, esperando a que alguien me pellizque porque no me lo creo. Es surrealista. Es decir, yo, una chica de pueblo con poco más de experiencia que un niño y él, un mítico hombre con más dinero de el que podrá gastar. Vaya. Tengo las mejillas rojas a causa de un calor interno que sentí. ¿Qué será?. Creo que Davis ya ha esperado suficiente.

- ¿Qué te ha dicho?- pregunta con desespero al verme llegar a la mesa.

Vaya, tiene cara de desquiciado. Nunca le había visto así. Y no sé que decirle. Genial.

- Qué tengo que ir mañana a trabajar, para hacer lo que no hice hoy.-miento. No se me da tan mal mentir. no?

- ¿Lo ves?. Es un capullo integral.- refunfuña. Pone las manos en puños como señal de enfado.

- No... Solo quiere que haga mi trabajo.- rectifico.

- ¿Y no lo puede hacer otro?-pregunta. Arruga las cejas con cara de pocos amigos. 

- No sé, si quiere que vaya, iré.- le digo con tono cortante.

Odio que me cuestionen. Yo decidiré que hacer.

- Te demostraré quién es.- responde.

- Y hasta entonces seguiré pensado igual.

Por suerte llega el camarero con la comida e interrumpe esta conversación poco agradable. Pone los dos platos a cada uno. Vaya. Huele muy bien la comida. Ojalá Davis haya acertado. Eso espero.

- Está delicioso- le digo después de la tercera cucharada que me llevo a la boca.

- ¿Ves?. Yo solo digo y hago cosas buenas- responde entre risas.

- Si claro...- le doy una patada en el zapato.

- Hace tiempo no estábamos así. Comiendo. Solos.

- Tienes razón...- musito. 

- Has vuelto a hablar con Ann?

Ann. Como la extraño. Pienso en ella. Hace un mes que no la veo.  Mi vida a dado un giro impresionante. Y la última vez que hablé con ella fue el día de la fiesta. Ahora que pienso en ella siento un gran vacío. Puede que haya perdido a mi mejor amiga, que haya perdido la relación que tenía con mi madre y posiblemente pierda la relación que tengo con Davis. Todo esto desde que conocí a Charlie White. 

- No.- murmuro. Bajo la mirada con disgusto. 

-¿Porqué?- pregunta con confusión.

- He estado ocupada con esto de La Compañía White.

- Claro claro.- responde con cara de decepción.

- Hablaré con ella en cuanto pueda.

- Sí. Deberías. Ha pasado por problemas- contesta con tono cortante.

¿Ahora soy yo la mala de la película?

-¿Cómo lo sabes?- inquiero

- He hablado con ella hace un par de días. Ha preguntado por ti.

- Vaya, hablaré con ella lo más pronto posible.

Davis se queda callado y continua comiendo. Yo se lo agradezco porque odio estas situaciones tan incómodas. Prefiero el dulce y apacible silencio.

Las Sombras De CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora