Las Sombras De Charlie

Capítulo 52

La parábola de la tonta. Sí, soy yo. Aunque por primera vez, lo tengo todo muy claro, todo era como de novela, de aquellas novelas que leía, en la cual, el dueño de una reconocida empresa, se enamoraba de una simple empleada, dejando de lado a su hermosa y reconocida novia. Suena gracioso, si lo digo así. Aunque, creemos en el amor, en aquel amor verdadero que nos venden los libros, en el poco realismo que hay en ellos. Nos enamoramos de simples fantasías creadas por otro, mas sin embargo, imaginamos algún día, que alguien nos ame eternamente, olvidando que el amor de los libros, es eterno, porque los libros están hechos de palabras, y las palabras son inmortales.

Ahora me doy cuenta, que el amar, es un verbo tramposo y sucio, lleno de oscuridades, falacias exóticas y alguna que otra verdad. Aunque una verdad muy grande, es que el amor, es una bienvenida arrolladora y una despedida destructora. ¿A quien le gusta las despedidas?. Hay personas que se van, sin siquiera decir adiós. Como aquel predicado, que omitió al sujeto.

Así comprendí, aquella frase de que "Aceptamos el amor que creemos merecer". De esto modo, si crees que eres digna de un amor verdadero, nunca aceptaras menos, de lo contrario, te sentirás feliz por recibir replicas exactas pero defectuosas de aquel amor que crees que es verdadero.

Esta ha sido mi parábola, mi breve narración, la narración de un corazón roto, uno de los muchos que hay en el mundo, pero esta es especial. Es la parábola de una tonta, que se enamoró de una mentira. Aunque, Charlie realmente me quisiera, como alguien me dijo, si la persona con la que estas no puede ahorrarte un segundo de sufrimiento, entonces es porque todo ha terminado. Como esta historia de amor, de un puto amor. Jamás volveré a amar a nadie, y esta vez que sea cierto el jamás.

-Charlie-lie, dime la verdad...- mascullo.

-Esta bien pequeña Lauren, te lo contaré, desde el principio. Rufus, pronto volverá, y será mejor que lo sepas todo.

Yo asiento.

-Pero por favor, no me interrumpas, cada vez que hablas, sale más sangre por tu boca, es repugnante.

Por fin, veía a Charlie, en su esplendor, como realmente era. Charlie coge una silla y se pone en frente de mi. Ya no sentía los brazos. Pero no se que me dolía más.

-Cuando Rufus asesinó a mi hermana y a mi padre, prometí que me vengaría de él, así que contacte con tu madre, imaginé que ella estaría a mi disposición con una buena suma de dinero y con el tremendo odio que sentía por tu padre. Sabía de tu existencia, desde que  Rufus se fue, te vi crecer, por eso sabía tanto de ti, cuando estabas mal, cuando llorabas, cuando salías de tu casa o te escapabas. Por ello, estaba ahí, cuando me necesitabas. Aquel día que te recogí en mi coche, sabía todos tus pasos. Te estudiaba cada día, te acosaba. Entonces ocurrió, el tópico, el acosador se enamoró de su victima.- Se detiene y ríe lentamente.

-  ¿Sabías lo de Mike Yagger?- le pregunto.

- Oh, que genial idea, quede como un héroe.- se burla.- Todo fue planeado, le pague a tu madre para que te dejara sola, le di una rica cantidad a Mike para que te acosara y se sobrepasara contigo, de esta manera, te podría salvar y tu sentirte comprometida conmigo. ¡Lo olvidaba! Davis, sí, el que creías que era tu amigo, también actuaba, ¡Es bueno eh! le conseguí un papel en México, en una telenovela. ¡Que chico! ¡Va a triunfar!

-Eres una basura.

-Sh, pequeña, no he acabado, cuando termine, podrás decirme lo genial que soy. Bien, como puedes ver, le pague a todos, incluso a John, para que se hiciera tu amigo, ah, y para que se divirtiera con tu amiga, ¿Como se llamaba?, Ah, si, Ann, aunque el imbécil se enamoró de ella...

-¿Ella también lo sabía todo?-  le interrumpo entre sollozos.

- No, ella solo fue, una pieza más. La muy estúpida, también se enamoro de John. Tu madre cada vez quería más dinero, por ello me fue a ver a mi casa, por desgracia, la idiota de tu madre se dejo ver, lo gracioso, es que, era una hipócrita cada vez que te decía que te alejaras de mi. ¡jajajaja! Tu madre es una mujer sin escrúpulos, me vendió a su hija por la cabeza de su ex-marido y por un millón de dolares. ¡Me ha salido cara, la vieja!.

Yo empiezo a llorar desesperadamente.

-Pero no llores, me partes el alma...

-¿Alma?, tu ni si quiera tienes corazón. Eso es para personas, tu eres un monstruo.

- Bueno, yo mataría monstruos por ti, lamentablemente, no me mataría a mi mismo.- se burla.

Yo sigo llorando sangre. No puedo parar. El dolor es inmenso. Intento mover los brazos, pero imposible, ya casi no los siento, ya que, la sangre esta dejando de circular por mis venas.

-Bien continuo, finalmente, me enamoré de ti, por poco olvidaba el motivo de mi venganza. Cuando te conocí, supe eras fantástica. Así, una excusa más para dejar a la descerebrada de Anastasia, a ella nunca le pague, ella era simplemente, idiota, sin siquiera pagarle, y a su madre tampoco, son dos mujeres realmente sin cabeza. Son como dos cojines, solo sirven de decoración y para utilizarlos. Todo lo demás ya lo sabes, tu lo has vivido por ti misma.- dice con una sonrisa.

-Ah, si, te deje sola porque sabía que iban a entrar y a secuestrarte. Sabía que Rufus se iría en contra de mi novia para vengarse de mi. Solo era cuestión de tiempo. Yo vendría aquí y disfrutaría del espectáculo, de como un padre tortura a su hija. Lo demás es historia. 

-¿Has fingido todo este tiempo?- le consigo preguntar.

-No, el amor no se finge, el amor solo fluye en ti, es como la sangre, que te impulsa y que sin ella no puedes vivir. Me enamoré de ti tan fuertemente como el odio que siento. Pero, por experiencia, se que el odio consume más.

-¡Mentira! ¡El amor cuando es verdadero, es fuerte, es valiente, es imparable!- logro gritar.

Entonces, Charlie y yo, escuchamos unos aplausos que venían del fondo. Era mi pesadilla. Pude ver un cabello rojo. Era él. 

-¡Bravo! ¡Grande! ¡E'bello!- grita en italiano mientras aplaude.- ¿Que bonito es el amor, no?

Rufus ríe odiosamente, como si en ellos se dejara la vida, aunque en vez de la vida, destila odio. Su risa es malvada. A pesar de ser mi padre, el odio me empieza a consumir.