Las Sombras De Charlie

Capítulo 27

Charlie

Cuantas veces no me han hecho estas preguntas. ¿En que crees? ¿Crees que serás igual que tu padre? ¿Algún día quizás llegues a ser tan grande como Anthony? ¿Realmente eres tan frío?... Estas y muchas más. A esta gente que me pregunta esto, suelo contestarles en mi mente ¡Cállate idiota!. Pero hoy, hoy me ha hecho una de esas preguntas Lauren y realmente me di cuenta que, No. No creo en nada. Y ahora puedo responder a las demás preguntas que otra gente me formuló. Nunca llegaré a ser como mi padre, ni tan grande como él. Como Anthony White no hay nadie. Lo sé desde que tomé el control de La Compañía White. Mi padre era un hombre honesto, honorable y leal. Fue leal a su familia hasta el ultimo segundo de su vida. Quizás podría decir que incluso murió por su fiel lealtad. Fue asesinado. La razón nadie puede saberla. Aún no. Puesto que cuando alguien lo sepa, me sentenciaré a mi mismo a la eterna culpa. A una de mis sombras. La culpa. Nunca me lo perdonaré. A veces quisiera no sentir nada. No recordar nada. Pero recuerdo aquella noche como si fuera ayer. Cuando vi aquellos ojos apagarse, morí en vida yo también. Tal vez en ese momento fue cuando el frío consumió el calor de mi cuerpo. Aquel día morí yo también. Por mucho tiempo vi penumbras. Por mucho tiempo todo perdió sentido, todo oscuro, sombrío. Conocí la muerte pero no estaba muerto. Así que dolía más. Hubiera querido decirle a aquel Charlie de diecinueve años que dejara el orgullo, que dejara la codicia. Que no aceptara ese trato. Tan solo me querían por ser el hijo de el hombre más rico de esta ciudad. Y me utilizaron. Por esta razón hoy por hoy, soy lo que soy. Más frío que calor. Más dolor que alegría y más rabia que felicidad.

Pero entonces conocí la luz y la luz me iluminó. Quizás nunca más vuelva a aquella nada.

-Y tú, Lauren ¿Crees en algo?-le pregunto cuando por fin deja de hacerme un interrogatorio.

- En el amor- contestas sin esperar ni un segundo.

¿El amor?. Olvidaba que hablo con una inocente. Y deseo que siga siendo así. Que siga viendo la vida con amor y no con odio. Haré todo lo posible para que esta niñita este bien siempre. O eso espero.

-¿ En el amor?- le pregunto intrigado.

- Sí. Creo en el amor. Creo en ti...- musita.

¿Cree en mi?. Nadie nunca aparte de mi padre, había creído en mi. Ni siquiera mi madre. Puede que por eso, Lauren se quedara grabada en mi mente. Ella sabe apreciar lo bueno de lo malo, lo simple de lo complejo...

-¿Porqué?- inquiero.

- Porque se que a tu lado, nada malo sucederá.- me contesta cogiendo mi mano. Su calidez hace que me estremezca. Es tan real, es tan humana, que te envuelve su pequeña burbuja de inocencia.

- Eso tenlo por seguro. Te lo prometo. Daré mi vida por protegerte. - al decirle esto, pude apreciar como la comisura de sus labios se enarcaron formando una sonrisa. Pude observar como sus mejillas se tornaron rojas. Es tan fascinante.

- Sé que eres muy bueno, sé que tu padre estará orgulloso de...

- No. Y por favor, cállate si no quieres que sea grosero contigo.

Mierda. Siempre salen cosas de mi boca que no quiero decir. Pero esta niña, no sabe quien soy realmente. No sabe mi pasado. Ni siquiera mi presente. Tal vez mi padre estuviera orgulloso de quién soy ahora pero no de quien era antes. Y tendré que vivir con ello.

- Lo siento- dice con la voz quebrada.

- No me gusta hablar de mi padre.- le contesto fríamente.