Capítulo 46

1.3K 64 8
                                    


Charlie

El funeral es la más triste despedida de la vida. Es cuando comprendes, que la realidad es otra. No sabes que es la muerte, hasta que la vivencias en ti o en otras personas. Lo peor no es para quien se va, es para quien se queda. A pesar de que mi madre y yo nos habíamos quedado, ya no eramos los mismos. 

Después de leer y entregar las cartas al ataúd de Abby y mi padre. Los enterramos. Aquel momento, fue como haberme enterrado a mi también, yo me fui con ellos. Fue cuando mi corazón se paralizó del todo. Me congelé. Yo le llamé, mi metamorfosis, pero no como la de la oruga en mariposa. Más bien, como la del volcán que erupciona.

Tuve que volverme un iceberg, en el cual, mi madre pudiera apoyarse. Ahora, sabía que se venían muchas cosas. La compañía pasaría a ser mía. Todo el imperio White, se quedaría en mis manos. Comprendí entonces, que el peligro no había acabado, tenía dos misiones, la primera era mantener en pie la Compañía White y la segunda era matar a Rufus.

Las dos eran, igual de difíciles. Mantener una compañía, cuesta mucho trabajo y matar a una escurridiza rata, también lo era. Lo único que sabía de Rufus, era, que tenía una mujer y aparentemente una hija, la cual no quería y ademas quería matar. 

Tenía que proteger a mi madre, así que finalmente decidí, enviarla a Francia, con sus hermanas. Allí estaría a salvo.

-Mamá, queda poco para que tengas que embarcar.- le digo.

Esta miraba con tristeza la ventana gigante del aeropuerto. Sus ojos lloraban sin consuelo. Ella también se sentía sola. Y esta decisión, no era para nada fácil. Tuvimos que guardar entre los dos las cosas de mi padre y Abby. La habitación de Abby, la cubrimos casi toda con sabanas blancas y las cosas de mi padre, las donamos en fundación White. Tuve que ser fuerte por ella. No me podía derrumbar, porque entonces, mi madre también lo haría.

-Charlie, hijo, cuídate.- me dice entre sollozos y con su cálida voz de siempre.

-Lo haré, madre, pero preocúpate por ti. Yo estaré bien.- le digo, mientras le doy un beso en la mejilla.

- Rufus, no es un buen hombre, lo supe desde que estuve con él. Lo único que le agradezco es que fue él, quién me presentó al amor de mi vida, a tu padre. Cuando, vi a Anthony, supe que era el amor a primera vista, todo cambió. Lo poco que sentía por Rufus, se esfumó. La dulzura de Anthony, sus locas ideas, su curiosidad por la vida y su interés por descubrir los detalles más pequeños de la realidad, fue lo que hizo que me enamorara de él. 

-Mi padre era un hombre excepcional...- susurro.

-¡Oh, White era todo un hombre, de los que ya no hay, tradicional pero poco convencional! Muchas veces nos llamaban locos, puesto que estábamos tan enamorados, que amábamos la vida, amábamos el amor mismo y todo lo que nos rodeaba. Porque si todo lo ves desde el amor, todo cambia, ya que este, nos cambia. Nos hace más felices. Reparte nuestra mente y corazón en dos.Cuando, dejas el odio, el resentimiento, la rabia, todo mejora. Por esto, mi vida, no quiero que te vengues.

-No haré nada.- mentí, pero los ojos más tristes que jamás había visto, los vi en aquella mujer que me dio la vida. ¿Cómo decirle, que su único hijo, quería matar al asesino de su esposo y de su hija,pudiendo perecer en el acto?.

-Charlie, mi cielo, y aunque así lo hicieras, nada le devolverá la vida a tu padre y a Abby. La muerte, es un camino, del que nunca se regresa. Y el pasado, es una historia que nos contamos a nosotros mismos, pero que jamás vuelve.

-Lo sé, madre. Por eso no intentaré hacer nada.- mentí otra vez.

Le hubiera mentido mil veces más, pero quería que se fuera tranquila, aunque yo nunca descansaría hasta encontrar al maldito de Rufus.

Las Sombras De CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora