Llorar. Es un verbo. Una palabra.Una acción. Quizás un diluvio, quizás no. Una forma de ahogarse y desahogarse. Seis letras. Dos vocales. Cuatro consonantes. Muchos sentimientos. Lágrimas o no lágrimas. Puede significar tristeza pero también felicidad. Aunque de felicidad nunca he llorado. La felicidad es tan corta que a veces no te da ni tiempo de llorar. Al menos así lo ha sido para mi. Tan efímera. En cambio la tristeza puede ser tan larga y tediosa. Pero nadie dijo que sería fácil vivir la vida. Y no lo es. Algunos días lluevo y en otros estoy parcialmente nublada. Mil veces me pregunto ¿Cuándo saldrá el sol? pero ¿Y si nunca sale?. Aunque entendí que a veces llorar es la única manera de sentirse mejor y eso es mejor que guardarse todo. Así que llora, llora, llora tantas veces como sea necesario, tantas veces como tus ojos te lo permitan y si así lo deseas, porque solo entonces cuando hayas llorado, solo entonces cuando haya pasado toda la tormenta, saldrá la sonrisa, saldrá el sol. Quizás algún día de mi vida logre decir que mi cielo esta despejado, brillante y radiante. Deseo que ese día llegue.
-Nunca te había visto llorar con tanto dolor... Quizás no debí presentarte a mi madre.- dice Charlie al cabo de unos minutos.
Mis lágrimas no cesan y tengo la cabeza hundida en las piernas de Charlie.
- No d-di-g-gas e-e-so.- no puedo articular casi palabra. tartamudeo por el nudo que tengo en mi garganta.
- Mi madre te recordo a Leonor y...
- Y nada, Alice m-me r-recordó, ese a-a-mor in-c-condicio-n-nal de una madre. Me dio fuerzas para seguir y se que cuento con ella.
- Si y conmigo también. Así que niñita llorona, todo estará bien.
"Todo estará bien". La gente dice mucho esa frase pero nadie sabe lo que realmente va a suceder. Nadie sabe si todo estará bien o todo estará mal. O que quizás todo siga igual. Aunque escuchar esa frase te reconforte en el fondo sabes que no sabes que sucederá.
- Lo siento, te deje el pantalón lleno de mocos.- le digo mientras me incorporo nuevamente. Estaba avergonzada. La tela de su pantalón ya estaba mojada.
Charlie ríe intensamente. Yo pongo cara de amigos confusos.
-Estamos hablando de algo importante ¿Y a ti te preocupa mojar mi pantalón?- dice entre pequeñas risas. Yo asiento.
- Eres increíble, Lauren Bennett.
- Y tu eres irritante, Charlie White.
- Y tu me vas a tener que esperar aquí hasta que vuelva.- dice arrugando las cejas. Sabe mi respuesta.
-¿Qué?.- lo asesino con la mirada.
- Sí, tengo que ir a resolver algo de la empresa.
-¿Y no puedo ir contigo?.
-No y no me discutas. Te quedas aquí. No tardaré.
-¿Puedo negarme?.- le pregunto como última opción.
- No.
Charlie me da las típicas recomendaciones de madre antes de irse. "No le abras a extraños", "Cuidado con lo que tocas o haces", " Si tienes hambre, no quemes la cocina", "Lee un libro". Estas y muchas más.
-Que sí, ya lo entendí, vete ya.- le digo mientras me despido en la puerta.
- No lo olvides.- dice. Se gira y empieza a irse. Yo cierro la puerta.
Antes de que pudiera subir las escaleras, alguien toca el timbre para invitados.
-¿Se te quedó algo?.- le pregunto a Charlie al abrir la puerta.
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Las Sombras De Charlie
RomanceLa vida de Lauren Bennett, con 17 años, pura e inocente, cambiará de la noche a la mañana, al conocer al mitíco jefe de la Compañía White. Charlie la envolverá en las sombras de su pasado y ella tendrá que descubrir su secreto más preciado. "Ella e...