Me encuentro en esta cena. A la cuál no quería asistir. Desearía estar en mi casa. Leyendo un libro. Pensando. O viendo una serie. Pero no. Estoy aquí. Con Mike. Que por lo visto tiene otras intenciones conmigo.¿Lo estaré malinterpretando?.
- Te gusta, cariño?- pregunta después de que nos trajeran los tortenilli. Yo asiento. Mientras me llevo esta comida italiana a la boca. Están realmente deliciosos. Nunca los había probado. Y ahora tal vez se conviertan en mi comida favorita. Después de que trajeran la comida, el camarero puso en nuestra mesa una botella de su mejor reserva de vino. Genial.
- Te voy a poner un poco- dice .Pone vino en mi copa y en la suya. Me mira con los ojos brillantes como si esperara algo de mi. Yo le sonrío de manera cordial. No quiero que confunda la situación.
- Quiero que brindemos, corazón. Por ti y por mi.- dice. Alza su copa.
Yo hago un trago grande antes de contestar. Me aclaro un poco la garganta.
- ¿No ibamos a brindar por mi ingreso en La Compañía White?- pregunto aturdida.
- Es verdad- dice. Asiente una vez con la cabeza.- Pero también porque estamos aquí, los dos. Ya que gracias ami estas allí.
Yo asiento. Esbozo mi sonrísa más falsa. Alzo mi copa. Y brindamos. Ese choque que hubo entre nuestras dos copas quedó resonando en mi cabeza. Esto no debería estar ocurriendo. Desearía brindar con Charlie. Maldita sea.
- Lauren...- empieza. Pone su mano sobre la mía. Demonios.
- Tengo ganas de ir al baño, disculpame.- le digo. Me levanto inmediatamente de la silla. Casi de un salto. Me dispongo a ir al baño.
Al llegar al baño. Me miro en el espejo. No me reconozco. Hace un mes mi vida era diferente. Y ahora?. Soy una adolescente casi tratando de ser adulta. Ahora mismo tengo a un hombre sentado en la mesa. Que quiere sabra Dios qué. Y estoy sola en esto. Mi madre no está. Charlie y yo estamos enfadados. Oh, cuanto desearía tenerlo allí afuera esperandome. Con su mirada inexpresiva pero a la vez llena de sentimientos. Con su sonrísa. Y sus malditas sátiras. Diablos.
- Estas bien?- pregunta Mike al verme llegar a la silla. Yo asiento nuevamente. No quiero hablar.
- No estas muy habladora, cariño...- dice.
¿Cuándo he estado yo " habladora"?. Joder.
- Estoy cansada.- le contesto con tono cortante. Ahogo un suspiro.
- Voy a pagar la cuenta, para que nos vayamos a casa.- contesta. Al final de la frase me guiña un ojo.
Pero ¿De qué diablos habla?. ¿Nos vayamos a casa?. ¿Perdón?. Me he perdido algo.
- Okay.- me limito a contestar. En cuanto se gira. Yo bufo. Esto va de mal en peor.
Al terminar de pagar la cuenta, Mike y yo salimos del restaurante. Yo inhalo mucho aire porqué lo necesitaré. Se avecinan momentos muy incómodos. Hubiera deseado ponerme vaqueros. Pero ahora ya no puedo hacer nada. De momento estoy consiguiendo tener apartado a Mike. Espero que sea así el resto de la noche. Espero.
- ¿Quieres que vayamos a otro sitio?- pregunta Mike. Pone su mano en mi mejilla y empieza a cariciarmela. Mierda. No puedo apartarme. Solo estoy deseando llegar a casa y que esto termine ya.
- No, así esta bien...- le contesto.- Gracias por la cena, estuvo fantástica.
Le esbozo una sonrísa. Y este me devuelve el gesto.
- No hay que darlas, te dije que haré por ti lo que quieras.- responde. Yo asiento la cabeza. Mejor no responder.
- Ese vestido que llevas, te hace un cuerpo hermoso...- dice. Me mira de arriba a abajo. Esto es asqueroso. No quiero escuchar más. Que se calle.
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Las Sombras De Charlie
RomanceLa vida de Lauren Bennett, con 17 años, pura e inocente, cambiará de la noche a la mañana, al conocer al mitíco jefe de la Compañía White. Charlie la envolverá en las sombras de su pasado y ella tendrá que descubrir su secreto más preciado. "Ella e...