Capítulo 20

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Charlie

Sabía que no podía confiar en Mike pero no llegué a imaginarme algo así. Demonios. Si yo no hubiera llegado a tiempo, no querría ni imaginarme como estaría mi niñita ahora. No pude soportar ver que la estaba tan siquiera tocando. Aunque no llegó a hacerle nada, puso sus sucias manos encima de ella. Y eso nunca se lo perdonaré. Si no hubiera sido por Lauren, ahora Mike Yagger estaría en el infierno porque juro que lo hubiera matado. No voy a permitir que le hagan nada. No como a ... . Sí. no como a Ella. No me perdonaría si sucediera nuevamente. Ver sus hermosos ojos llorar. Ver como forcejeaba para que la dejara en paz. Activó en mi un instito casi asesino. Es la segunda vez que me sucede. Todo mi cuerpo se transforma en un horno. Soy como una bomba. El frío de mi cuerpo se convierte en calor. Un calor que quema. Hubiera matado a Mike Yagger con mis propias manos ya que estaba montado en cólera. El muy hijo de perra le rompió su vestido. Que se prepare. Nadie se mete con lo que es mío. Sé que en su momento no protegí lo que era mío. Pero ahora soy otra persona. Ahora nadie puede conmigo. No dejaré que ese viejo asqueroso y su repugnante hijo toquen a Lauren. Es mía. Esto es así desde el primer momento en que la vi. Porque desde que mi mirada y la suya se cruzarón. Me pertenece. No quiero que nadie la toque, porque deseo ser yo quién acaricie su cuerpo. Deseo ser yo quién le haga conocer el éxtasis.La protegeré con mi vida si es necesario. Pero ningún hombre la hará llorar. Porque ver sus lágrimas, una por una, aumentaban mi cólera desmedido. No dejaré que se repita la historia. Otra vez. No.

Lauren

Esta vez soñé con vagos recuerdos sobre lo sucedido. Soñé con Charlie montado en cólera. Yo desesperada. Llorando. Casi al borde de el pricipicio. Antes de caer a la nada nuevamente, desperté. Abrí los ojos dando un sobresalto. Había olvidado por completo que estaba en casa de Charlie. Me lo recordó aquel azul pastel de la pared. Me lo recordó aquel olor embriagador. Aquel olor tan grato. Al pestañar varias veces para poder tener mejor visión, logro ver a Charlie. Este se encontraba sentado en la butaca blanca de enfrente. Abrí los ojos sorprendida.

- Buenos días, niña- dice con una voz muy suave. Charlie estaba allí sentado observandome.

- Buenos días...- le contesto.- Llevas allí mucho tiempo?

Charlie esboza su blanca sonrísa. Y ríe ironicamente.

- El suficiente para escucharte decir mi nombre...- dice entre risas.

¿He dicho su nombre?. Genial. Un punto más para subir su ego. Me muero de verguenza. Me ruborizo al escuchar esto.

- Vaya... es que estaba soñando con Charlie el de la fábrica de chocolate- le contesto.

¿Charlie el de la fábrica de chocolate?. ¿Enserio?.¿No se me ocurre decir algo más rídiculo que eso.? Se nota que mi mente a estas horas no funciona bien. Demonios.

- Lo siento pequeña, no cuela. Dijiste Charlie White. No Charlie el de la fábrica de chocolate- contesta. Empieza a reírse. Yo me uno a él.

Yo me incorporo. Me siento en la cama. Al sentarme veo encima de la cama un vestido. ¡No puede ser!. Era uno de los vestidos que deseaba. Es de colección limitada de Marie's. Lo venden exclusivamente en París. Y es extremadamente caro. Es un vestido rosa de skater texturizado a media rodilla y manga al codo. Junto al vestido había unos medios tacones blancos. Un 37. Dios mío. No me lo puedo creer. Ha acertado de pleno. 

- Vaya... No tenías que molestarte- digo asombrada después de unos segundos.

- Ese hijo de perra, rompió tu vestido.- contesta.  Arruga las cejas. Me mira fijamente. - Además no ibas a ir por ahí con ese vestido roto.

Las Sombras De CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora