Capítulo 1 | Annika3 años después...
—¿Quieres quedarte quieta?
Y ahí estaba yo, mientras me movía como un gusano con sal en la sala de conferencias, haciéndole pasar un mal rato a mi madre. No me gustaba la idea de estar dos horas y media de pie frente a una multitud de personas que llevaban consigo cámaras, grabadoras y cuadernillos en donde apuntar cada palabra y fotografiar cada movimiento que hacía mi viejo padre.
—Te he dicho madre cientos de veces que no me gusta ni me interesa estar en este tipo de eventos —contesté bajando la voz para que nadie pudiera oírnos, defendiéndome de aquel reproche mientras me lanzaba su mirada de enfado.
Los periodistas y las cámaras que los acompañaban giraban en nuestra dirección, prestando atención a la pequeña discusión que estaba teniendo con mi madre en estos momentos de obligarme a venir a las conferencias matutinas que daba mi padre para hablar sobre los nuevos avances que tenía el Grupo AGE. Empresa familiar fundada por mi abuelo hace décadas. Toda la nación espera de buenos resultados al ser uno de los grupos más importantes del país.
Desde que usaba pañales, mi vida siempre ha estado pegada a esta empresa. No tenía ni mi primer diente cuando intentaron comprometerme con un completo extraño, pero mi abuelo se opuso a ello y cuando dejó este mundo ese «compromiso» pasó a ser de mi hermana, Corinne, que hoy en día es infelizmente casada con un dueño de una línea hotelera.
Tenía tan solo doce años cuando creí que mi vida como adolescente se basaría en fiestas, novios, tardeadas de compras, salir con tus amigas y hacer lo que te diera la gana, pero eso solo pasaba en las películas para adolescentes que veía en la tele para adolescentes.
Esta es la realidad.
Ahora han pasado cinco años. Y en el único lugar donde puedo estar fuera es en una aburrida sala de conferencias.
Observaba cómo la gente que estaba en dicho lugar era. Personas bien trajeadas y con su gafete de que tenían el permiso de estar aquí. Tomaban varias fotografías y en el cuadernillo anotaban lo más importante, otros extendían el brazo para grabar aquellas palabras.
¿Cuánto le han de pagar a todas esas personas para ir a una conferencia y escuchar a un sujeto hablando de su imperio?
—Que tengan un excelente día.
Las personas aplaudieron e hicieron que diera un pequeño brinco por el susto.
Mi padre se acercó a nosotras para ir directo a la salida. Como es de costumbre y apenas era medio día, solíamos ir a almorzar a uno de los restaurantes que tenían una excelente vista hacía el mar y servían los mejores cócteles. Pero esta vez no almorzaremos solos. Mi madre ha mencionado que el amigo de mi padre, el señor Spinters, nos haría compañía. Pero no vendría solo. A su lado, su fastidioso hijo Arley Spinters (con quien tengo una mala relación desde que éramos críos) también lo acompañaría.
Mi madre no lo veía de esa forma. Quería que ambos fuéramos «pareja» algún día. Decía que era un chico de buena familia, de la clase alta como nosotros y era todo un galán.
La primera vez que nos conocimos le había mordido el brazo mientras le asentaba un golpe con una sonajera para que dejara de llorar. Vamos en el mismo instituto elitista, pero hubo algo entre los dos que sería vergonzoso y humillante para él.
Diecisiete años después nos cruzamos las caras. Tanto en el colegio como ahora.
Llegamos a aquel dichoso lugar. Nos recibieron de la mejor manera y nos dirigieron a nuestra mesa dejándonos un poco de privacidad en la terraza donde teníamos la vista hacia el mar. Me sentía incómoda, como un bicho raro. Las personas parecían estar en su lugar y conversando como si nada. Se veían felices estando con su familia en una charla normal en un fin de semana.
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Into You © | ✓
Teen FictionAnnika Pierre vive atrapada en sus pesadillas de su adolescencia llevándola a mantener un perfil bajo cuando se trata de chicos. Es el tipo de chica que lo tiene todo al ser hija de un empresario millonario. Cuando Annika llega a su último año de i...