Capítulo 24

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Capítulo 24 | Annika

Hicimos un viaje de tres horas y media. Fuimos por nuestras maletas y nos subieron a un autobús de turistas. Antes que nada, nos abrigamos bien, puesto que la nevada en Yellowknife comenzaba desde agosto y finalizaba hasta abril.

Recorrimos todo el lugar hasta llegar a Yellowknife. Nos llevaron a un hotel que por de fuera parecía una mansión con estilo rústico.

Entramos al hotel y nos asignaron nuestras habitaciones. Kate y yo compartimos habitación y eso fue un golpe de suerte. Subimos hasta el piso cuatro en la habitación cuarenta y cinco. Teníamos que abrigarnos bien para no pasar frio.

—¿Lista? —asentí.

Nos dieron órdenes de formar parejas para así poder recorrer el lugar y las zonas turísticas que estaban abiertas al público. Kate se vino a mi lado. En pocos minutos un autobús llegó y nos dirigimos a la primera atracción; al Prince of Wales Northerm Heritage Centre.

El museo es pequeño. Si queréis conocer la historia de Yellowknife y los territorios del norte podría ser el lugar indicado. Al recorrer tiene una gran pantalla general de la historia, incluso tenían animales disecados y en conservación, aunque me sorprendió ver a aquel oso polar junto con una cabeza de quien sabe dios de que animal era.

Luego de pasar una hora recorriendo el museo nos dirigimos a nuestra siguiente parada; al Gallery of the Midnight Sun. Una tienda donde puedes comprar artículos que no sean made in China. Sino que las artesanías de la gente que vivía allí y pudieras comprar. Tienen de todo, desde ropa para niños y artículos para el hogar. Incluso vendían piel de conejo, colas de zorro. No sé cómo tomar aquello.

Tragué grueso cuando vi de tapete la piel del oso polar.

Nuestro recorrido por la pequeña ciudad de Yellowknife finalizó. Junto con Kate nos metimos a nuestras habitaciones para descansar un poco.

♡ ♡ ♡ ♡

Cuando cayó la noche por completo se podría observar a lo lejos unas luces en el cielo verdes y azules. Nos han llamado para la cena.

En nuestra pequeña mesa que estaba junto a un gran ventanal que daba una vista espectacular el cómo la primera nevada caía desde que llegamos.

Antes de irnos a dormir, algunas personas de mi grupo nos reunimos en el lobby, donde la gente se quedaba a esperar sentada frente a una enorme chimenea que hacía entrar el calor al hotel. Nos quedamos por horas. Charlamos e incluso se les ocurrió la grandiosa idea de jugar botella poniéndonos retos tontos, ya que no hay mucho que hacer en un lugar donde había muy poco. Aun así, los besos y los toqueteos no faltaron.

—Bien, Derek. ¿Verdad o Reto?

¡Mierda!

Si elegía reto seguramente elegirían a que me besara con Derek o que nos manoseáramos en frente de ellos. Y digo, que tan solo el contacto físico me pone incómoda y me hace llevar a eventos que quisiera olvidar.

—Verdad.

—No es justo. Todos eligen verdad—comentó una chica frente mío.

—Vale, vale. Reto—dijo para que quedaran satisfechos.

—Bien, Derek—la chica que estaba poniendo retos me miró pícaramente—Hazle un estriptis a Annika.

Cuando mencionó aquel reto entré en pánico. Derek me miró igual de pícaro con una sonrisa socarrona. Los demás comenzaron a «emocionarse» por lo que haría. Se puso de pie frente a mí. Me cubrí con mis manos la cara. Quería evitar las miradas y evitar ver lo que estaba haciendo. Comenzó a hacer unos movimientos que hacían que me muriera de la vergüenza.

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