Capítulo 55

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Capítulo 55 | Annika

Hoy era el día de la fiesta de graduación. Kate vino a mi casa para poder arreglarse y de allí irnos a la fiesta. Daniel nos estaba esperando abajo acompañado con otro chico que le había presentado a Kate. Cuando pisamos el hotel, la atención se desvió hacía él y las chicas se le venían encima. Me alejé de él hacia un balcón para de nuevo checar el mensaje que me había llegado horas antes.

«Nos vemos en el piso veintitrés»

En ese momento sentí la presencia de alguien y ahí estaba aquel hombre de mis sueños. Vestía tan jodidamente atractivo. Con aquel traje negro, y la corbata del mismo color que mi vestido. Aquellos ojos que reflejaban el cielo y el mar me observaron fijamente.

Regresamos de nuevo hacía el salón y comenzamos a bailar aquella canción en donde me había besado por primera vez.

Kate vino hacía nosotros y esperaba el momento perfecto para alejarme un poco de ellos y saber quién era la persona que estaba detrás de todos aquellos mensajes, cartas y fotografías.

Odiaba mentirle a Daniel, pero tendría que enfrentar esto yo sola. Era mi problema, eran mis problemas y meterlo a él en esto se generarían aún más, porque eso es lo que voy a hacer siempre: un jodido problema sin resolver.

Tomé el ascensor donde le piqué al piso veintitrés. Esperé por un momento, pero no había nadie. Mandé de nuevo mensaje al desconocido de que estaba aquí, pero no hubo respuesta.

Media hora después decidí irme, pero el hotel era demasiado grande y era un laberinto total que terminé perdiéndome. Por suerte, me encontré con un botones.

—Disculpé—lo llamé. Se giró para poder verme y no entendí porque mi cuerpo se puso tenso y en alerta luego de que me miró. Me recorrió de arriba abajo y sentí un escalofrió recorrer por todo mi cuerpo. Parecía ser atractivo, pero su cara pálida y las ojeras dejaban mucho que ver.

—Dígame, señorita—habló lento con un tono que hizo que se me pusiera los pelos de punta.

—¿Dónde puedo llegar hasta el salón uno?

—¿Viene de la fiesta de graduación? —asentí—Permítame acompañarla.

—Gracias.

Lo seguí hasta el elevador donde marco un número. El ambiente con ese sujeto se sentía sumamente extraño e incómodo.

—Luces genial—dijo y lo miré confundida.

—¿Disculpe?

—El salón en donde es su fiesta.

—Ya veo.

El ascensor se abrió y saqué mi móvil para poder revisar si no había llegado un mensaje de aquel desconocido. Nada. Guardé de nuevo el móvil. Me hizo caminar hacía una puerta gris y lo miré extrañada.

—Por aquí saldremos más rápido a donde se dirige para evitar a los huéspedes.

Asentí y volví a seguirlo. Era una bodega. Había varias cajas apiladas sobre sí y apenas se podía percibir la luz.

—¿Está seguro de que es por aquí?

Sentí un jaloneo y sus manos se posaron sobre mis brazos. Me quedé quieta luego de sentir su contacto con el mío.

—No hables.

Aquellas palabras y cómo las había pronunciado me invadieron un miedo por todo mi cuerpo.

—Qué gusto volver a vernos. Señorita, Annika.

Mi nombre... ¿Cómo demonios sabía de mi nombre?

—Fue más fácil de lo que pensé. Mi jefe tenía razón al decir que ya eras una mujer.

—¿Qué?

—¿No me recuerdas? Bien, no vamos a ponértelo fácil.

Me hizo caminar cuando paró en un espejo roto donde apenas y podía ver nuestros reflejos.

—Mírate. Toda una mujer ya. Tal vez hubiera esperado unos años más para poder hacerte mía, pero veo que alguien decidió tomar mi lugar y no es más que el mismo Daniel Gardner, ¿no es así?

—¿Qué es lo que quieres?

—Chist—me calló—Todavía no llegamos a esa parte. Mi jefe hace tres años me ordenó en ir en busca de la chica Pierre mayor.

¿Mayor?

«Corinne» Pensé.

—Pero al enterarse de que ya estaba casada me consiguió una mejor. Una chica hermosa, inocente, virgen, autentica y con carácter. Pero quien iba a pensar que también esa chica iba a repetir la misma historia de amor que su hermana.

Oh, Dios.

Hace tres años...hace tres años...quince.

—¿Ya recordaste? Cómo aquella vez que me bailaste junto con aquella chica de mechones rubios, aquella vez que lograste salirte con la tuya—Sentí su respiración cerca de mi oreja—Vas a arrepentirte por rechazarme—Mi cuerpo se estremeció al escuchar aquello.

Pude ver en el espejo como mi cara palidecía cuando escuché aquellas palabras. Giré para verlo cara a cara.

—Tú...eras tú.

—Me presento, bella dama. Mi nombre es Simón.

Simón. Ese nombre nunca lo olvidaría. Fue él. Él intentó abusar de mí, él fue el que mandó las fotos mías, de Daniel, con Kate o de cualquier cosa que estuviera haciendo, fue él quien me mandó la carta. Fue él quien me provoca todas mis pesadillas. Él era mi demonio y yo estaba en su infierno.

—Quince años y eras bonita, dieciocho y ahora eres toda una belleza. Fue fácil perseguirte y más si mi jefe me pagaba todo con tal de verte.

—¿Por qué? ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Qué es lo que tu jefe quiere de mí?

—Ambos queremos lo mismo. A ti. Tú eres mía, Annika. Tú siempre vas a ser mía.

Negué varias veces. Mi mente y mi cuerpo reaccionaron cuando decidí irme de aquel lugar y pedir ayuda a que encerraran a ese enfermo. Corrí hacía la puerta, pero él fue más rápido que yo. Me acorraló sobre la pared mientras sus dedos sostenían el collar que llevaba puesto.

—Te aviso que no te escaparás de mí. Mejor vete cuidando, porque créeme que no soy el único el que te quiere.

Sentí más miedo, ya que aún seguía apretando el collar provocando roces sobre mi cuello y provocando que el aire me hiciera falta.

—La fiesta para nosotros aún no empieza. ¿Qué tal si terminamos lo que dejamos hace tres años?

—Estás enfermo—Apenas pude decir.

En ese momento sonó mi celular de la bolsa pequeña que llevaba. Él lo tomo entre sus dedos y me enseñó la pantalla.

—Mira, tú príncipe azul te está buscando. ¿Qué pensará si le decimos que su princesa está a punto de entregarse con otro hombre, a punto de ser besada por otro hombre, acariciada por otro?

En ese momento le dio en picar aquel botón.

—¿Diga?

Escuché cómo del otro lado de la línea Daniel gritaba. Quería hablar, pero Simón me cubrió la boca con su mano para que evitara a que yo hablara.

Into You © | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora