Capítulo 31

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Capítulo 31 | Daniel

—¿Así que es ella? —preguntó Jackson a mi lado.

Ambos estábamos mirando en la misma dirección donde se encontraban las chicas divirtiéndose.

Cuando vi a Ann llegar con aquella vestimenta, mi corazón comenzó a acelerarse ya que nunca la había visto así vestida. Normalmente usaba vestidos finos, sacos de satín y parecía una muñequita Barbie. Pero esta noche no lo era, era aquella chica que provocó que la atención de los hombres se desviase hacia ella.

Ella bailando junto con Jessica con aquella sonrisa que me contagiaba. Verla moverse de aquella manera... de repente sentí el pantalón apretado, no sé qué demonios provocaba en mí.

—Danny.

Jackson hizo que volviera a la realidad.

—Es una amiga. —contesté.

—¿Sólo una amiga? —preguntó con incredulidad.

—Sí, solo una amiga.

Me alejé de él y decidí ir a buscarla. La encontré en el puesto de bebida y me acerqué a ella rápidamente.

—¿Qué haces? —se giró a verme en cuanto escuchó mi voz. — ¿Qué es esto? —pregunté de nuevo señalando el vaso que llevaba en la mano.

—Agua —contestó.

—Eso no parece agua, déjame ver.

Le quité el vaso y comencé a examinarlo. Observé como los hielos estaban demasiado abajo. Estaba adulterada el agua, si es que era agua.

—No lo bebas. ¿O ya lo bebiste?

—No, ¿por qué?

—Solo no lo tomes.

Se alejó de mí en cuanto le dije que no le tomara. Giré para dirigirme hacía la persona que estaba sirviendo las bebidas.

—Si metes droga y me enteró de que la metiste en las bebidas, te juro que haré que te retuerzas del dolor.

Me alejé de aquel sujeto. Encontré una multitud de gritando. Me acerqué de nuevo a aquel evento que estuvieran haciendo y ahí la encontré. Su mano estaba tomando la mano de otro y la vena de su mano palpitaba por el esfuerzo que estaba haciendo en querer ganarle a aquel chico. Dejó que ella ganara. Me miró y me sonrió mientras se encogía de hombros.

Luego de ver cómo ganaba contra otros cinco sujetos, Jessica se la llevó con ella mientras bailaban con dos tipos. A ella se le había acercado un chico mientras este le decía cosas cerca de su oído y ella reía. Alzaba los brazos al son de la música y se reía sin nada. Estaba atento a las intenciones que tenía ese chico con ella. Él se apegó más a su cuerpo mientras le bailaba.

Fue entonces cuando decidí acercarme a ellos.

—Y este es el momento en que intercambiamos números.

—Ella está conmigo—corté a aquel chico y la alejé de él.

No tuvo tiempo de protestar y la alejé lo más posible de ese mar de gente y de los hombres que la miraban.

Joder. Yo era uno de ellos.

La llevé a una esquina y la puse contra la pared mientras sujetaba sus muñecas.

—Te dije que no te separarás de mí.

—Nunca me lo dijiste.

—Pues no lo hagas. ¿Sabes lo que estaba a punto de hacer? ¿Lo conoces tan solo unos minutos y aceptas salir con él?

—Sólo me estaba haciendo plática.

—¿Sólo una plática?

—Sí. Además, yo no me estoy quejando de las mujeres que están a tu alrededor todo el tiempo. Sobre todo, la rubia de allá. —Señaló con la barbilla a un lugar, giré y había señalado a Cindy que se le veía molesta.

—No cambies el tema. ¿Quién te vistió así?

—Ahora quién es el que cambia el tema. Fue Jessica.

—Te ves bien.

—Gracias—sentí su aliento cerca de mis labios al pronunciar aquella palabra. Me iba acercando poco a poco y solo se podía escuchar su respiración que salían de sus labios.

Fue un tenue rocé de labios, quería hacerlo, pero no. Aquella voz de mi cabeza me decía peligro. Dejé de sujetarla de las muñecas y ella abrió los ojos, desconcertada a lo que estuviera a punto de pasar.

Me alejé de ella y fui en busca de Jackson. Lo encontré junto con Jessica en la zona pintoresca. El arte urbano. Y ahí estaba ella acompañada de un chico que hacía el favor de pintar los muros de este lugar. Le estaba explicando lo que significaba cada arte.

—Y eso es el significado de estas paredes. La gente piensa que somos unos callejeros sin futuro y ladronzuelos, pero somos más que eso, somos artistas. Oh, Danny.

Ann se giró de inmediato en cuanto pronuncio mi nombre aquel chico.

—Aún nos hace falta terminar aquel. —señaló el muro de concreto que estaba incompleto. Por un lado, era colorido mientras que el otro era totalmente gris.

—Coge los espráis y la pintura. Terminémoslo. —dije y él asintió.

Me giré de nuevo para ver a Ann y observaba cómo los chicos trazaban líneas y rellenaban estas.

—Guau.

Me acerqué a ella.

—¿Quieres intentarlo?—regunté cómo si nada hubiera pasado entre los dos hace un momento. Me miró con aquellos ojos miel profundos e inocentes.

—Pero, no sé cómo hacerlo.

—Yo te enseño.

La guíe hacia el muro de concreto. Le dije que observara cómo le hacían los chicos que pintaban aquel muro.

—Sostén el espray así—dije mientras ponía mi mano junto a la suya tomando aquel bote de espray—Relájate—puse mi mano sobre su hombro izquierdo—Déjate llevar.

La fui guiando mientras trazaba las líneas ya que los demás harían el trabajo de pintar y rellenar los trazos.

Cuando terminamos todos los que contribuimos pusimos nuestras iniciales en pequeño debajo de aquel dibujo.

T, J, C, A, D, L, M, P...

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