Capítulo 12

99 10 0
                                    


Capítulo 12 | Annika

Sábado. Al fin. Descansar y comer mucho era lo que tenía planeado en hacer este día, pero no. Toda la familia se reuniría en la casa de la abuela por su cumpleaños, y si me refiero a toda la familia, eso significaba que iría todo el árbol genealógico.

Me encontré con mi buen compañero, primo e incluso lo consideraba como mi hermano: Mitch. Asiste a la universidad y está en su segundo año de su carrera. Hoy por fin tendríamos esos reencuentros.

—Hermana—habló en ese tono diva cuando me veía—Mírate lo guapa que estás, hermosa—empezó a soltar cumplidos.

—Mitch, tú no te quedas atrás, me gustan esas zapatillas deportivas que llevas puestas—le solté igual un cumplido.

—Son Louis Vuitton. Aprovechando que estamos aquí—me cogió del brazo y me llevó a la parte trasera de la casa para tener privacidad—He escuchado que estas saliendo con alguien, ¿Dime quién es?

Mitchell solía ser demasiado quisquilloso y metiche en mis asuntos. La universidad siempre estaba ligada de chismes y más si se trataba de los chismes de personas ricas.

—Ah eso, no es nada—hablé pacíficamente quitándole importancia.

—Todos hablan de ello, y créeme que he tratado de tapar aquello para que no lleguen a oídos de tu padre.

—Y es lo mejor.

—¿Quieres salir? Sé que es el cumpleaños de la abuela, pero...—me hizo una seña para que me acercara para poder escuchar. Puso su mano como protección de que nadie escuchara—Hoy hay una reta y las apuestas son altas—comentó.

Mitch ha estado metido junto con los de la universidad en fiestas ilegales donde varias pandillas asistían para hacer apuestas en donde consistían hacer carreras clandestinas de motocicletas. Ha sido solo una vez y fue lo suficiente. Me dio miedo ir cuando tenía quince años mientras veía a la gente borracha y haciendo cosas fuera de lugar, incluso la droga pasaba por ahí.

—Mitch, no podemos.

—Vamos, Anna. Así podremos juntar mucho dinero para no pedir de la bolsa de nuestros padres.

Al ser hijos de padres millonarios traía consecuencias. En algún momento tendríamos que trabajar para ellos, y Mitch y yo no queríamos eso.

—¿A qué hora?

♡ ♡ ♡ ♡

Ambos salimos a escondidas de la casa grande de la abuela para escabullirnos. Mitch cogió su coche y nos dirigimos a aquella fiesta.

Observaba detrás de la ventanilla del coche cómo desconocía cada rincón. De casas grandes con jardines hermosos y bien podados, faroles que iluminaban la avenida pasamos a un escenario diferente. El barrio más peligroso de la zona. No había mucha iluminación y las casas eran cada vez más pequeñas y rayadas.

A lo lejos se escuchaba el ruido de la música y se podían ver las luces que la iluminaban a lo lejos.

Una vez que llegamos, Mitch aparcó el coche y le puso seguro. Nos dirigimos a donde provenía aquel ruido. Era insoportable que provocaba que el suelo se moviera como si la tierra estuviera temblando. Las luce variaban de diferentes colores y la gente ya estaba ebria.

—¡Hey, Mitch! —un chico se acercó a nosotros.

—¿Qué hay, Jayson? —lo saludo chocando los puños.

—¿Qué tal, Annika?

—Hola, Jay.

Nos reunimos con sus amigos. Todos conversaban de la gran apuesta que se iba a hacer esta noche, y Jay era el corredor perfecto de motociclismo para enfrentar a un tal Taylor.

Into You © | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora