Capítulo 3 | AnnikaLos rayos del sol iluminaban todo mi rostro provocando que me molestaran. Me cubrí con las sábanas para evitar aquellos rayos, pero el despertador había sonado al segundo haciendo que abriera los ojos de un solo golpe.
Me revolqué entre la cama aún cubierta y caí al suelo. A rastras busqué el despertador y lo silencié.
Fui directo al baño arrastrando los pies. Caminaba como un zombi tambaleándose por toda la habitación.
Abrí las llaves de la regadera y dejé que el agua cayera por todo mi cuerpo despertando cada poro de mi piel. Salí envuelta en una toalla y ahora solo quedaba el reto de esta mañana: Encontrar el uniforme del colegio.
No me agradaba mucho la idea de usar uniforme, pero el protocolo lo pedía así. Buscaba de aquí para allá sin tener suerte en encontrar una prenda. Busqué debajo de la cama y solo encontré un peluche de Winnie Pooh de hace años que creía dar por perdido.
Minutos después lo encontré bajo una montaña de ropa. Bufé.
Me puse la camisa blanca y la falda tableada de color azul oscuro sobre mi cintura dejando cuatro dedos arriba de la rodilla, y ahora la corbata, maldición. ¿Dónde la he dejado?
—Ann, ¿Ya estás lista? —Mi padre abrió la puerta de mi habitación.
—No. No sé en dónde he dejado la corbata —comenté ansiosa mordiéndome una uña.
—Ann, está ahí—Señaló un perchero donde colgaba todos mis bolsos. La tomé y le hice una seña a mi padre si me hacía el favor de hacerme el nudo. He usado corbata desde hace ¿Seis años? Tal vez, y aun no aprendía a hacer el nudo.
Fui directo hacía el comedor donde Rosie tenía preparado el desayuno, solo tomé el vaso de leche y devoré la tostada que estaba encima de la mesa. Contaba con solo treinta minutos en salir e ir directo al instituto
—Nos vemos, Ro —terminé de despedirme haciendo un movimiento rápido con la mano.
Salimos del edificio y Pete estaba allí esperando fuera del auto. Le di los buenos días y me monté dentro.
En el trayecto tenía demasiadas emociones mezcladas. Sentía cosquilleos, mareos y ganas de vomitar, siempre pasaba. Mi padre venía conmigo dándome indicaciones de lo que tenía que hacer y qué no.
—Y, por último, nada de chicos —terminó por decir en cuanto llegamos.
Pete estacionó el auto justo en frente de la entrada.
—¿Crees que esté interesada por un chico en estos momentos?
—Es común que los padres piensen que sus hijas se interesen por tener novio —suspiró —, pero en tu caso, Annika, no quiero nada de eso, a menos que sea de buena familia.
—Está bien. Nos vemos.
Abrí la puerta del auto y salí.
—Cuídate.
Enfrente de mí tenía la famosa St. Michael 's College el mejor sistema educativo para riquillos, o eso era lo que la gente decía ya que la matrícula era elevadamente costosa. Era obvio que los padres pagarían una fortuna por darles la mejor educación a sus hijos.
Crucé por las grandes rejas y me encontré con varias miradas. Algunas nuevas por los que cursan su primer año —pobres, lo que esperan por tres largos años —. La mayoría me observaban y pocos sabían quién era realmente y no por el influyente apellido Pierre.
Pasé el primer edificio de las oficinas de control estudiantil. El edificio de ladrillo con una entrada en forma de arco que daba al lado de los demás edificios junto al patio principal.
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Into You © | ✓
Teen FictionAnnika Pierre vive atrapada en sus pesadillas de su adolescencia llevándola a mantener un perfil bajo cuando se trata de chicos. Es el tipo de chica que lo tiene todo al ser hija de un empresario millonario. Cuando Annika llega a su último año de i...