Into You © | ✓

Capítulo 19

Capítulo 19 | Annika

Cuando vi a aquella persona entrar al apartamento de él, supe que pasarían dos cosas. La primera: era su novia y eso significaba que estaría muerto, y la segunda: yo igual.

Aquella chica nos observó a ambos sorprendida por la situación en la que nos encontramos, y es que encontrar a tu novio con una cría de diecisiete años, tendidos en el suelo, uno arriba del otro, no era nada del otro mundo.

—Guau—fue lo único que aquella chica aun observándonos.

Era bastante guapa. El cabello largo negro con volumen, el abrigo blanco que llevaba puesto, ese color natural que llevaba en los labios y el porte que tenía. Parecía una modelo.

—No es lo que piensas, Daphne—habló primero él poniéndose de pie y ayudándome a hacer lo mismo.

—Yo ya me iba—dije siguiente.

—No, no, no. Tranquilos, solo que...—no pudo completar lo que iba a decir porque se echó a reír y la miré confusa por aquella expresión—Lo siento, chicos. Pero deberéis haber visto sus caras.

La tal Daphne se acercó a Daniel acariciándole el cabello despeinado y sonriéndole, pero su dualidad me impresionó.

—¿Qué no piensas saludar a tu hermana? —dijo y comenzó a darle pequeños golpes con su bolso.

¿Hermana?

—Basta, Daphne—se quejó evadiendo los golpes de su hermana.

—¿Sois hermanos? —ambos se fijaron en mí. Ella me sonrió y se acercó a donde estaba.

—Que tal. Soy Daphne. Soy hermana de este tipejo que tengo como hermano.

—Corrección. Medio hermano—interrumpió y ella puso los ojos en blanco.

Daphne platicaban conmigo animadamente contándome que en efecto era la medio hermana de Daniel, ya que ambos vienen del mismo padre, solo que ella era dos años mayor que él. Tenía el mismo cabello negro, pero sus ojos cambiaban de color cafés. Era bastante guapa, bastante hermosa que cualquiera diría que es una modelo y nadie se creería el cuento de que trabajaba en una oficina.

—Y dime, ¿Cómo te llamas? —me preguntó mientras le daba un trago a su taza de café.

—Me llamo Annika—contesté.

—Annika, mucho gusto en conocerte—me tendió la mano mientras me daba una sonrisa cálida.

—Igualmente—contesté mientras le estrechaba la mano e igual le daba una sonrisa.

—Annika, que bonito nombre y original, claro. Por cierto, ¿Qué haces aquí? Las veces que vengo a visitar a mi querido hermanito lo encuentro como un gato abandonado y malhumorado—reí ante el comentario. Iba a responder en ese momento, pero fui interrumpida por el golpe de la puerta.

—Interrumpiendo su conversación, ¿Qué haces aquí? —le preguntó dirigiéndose a Daphne.

—¿No puedo venir a visitar a mi hermano? —contestó ella.

—Tengo cosas que hacer.

—Y yo ya me iba—dije después poniéndome en medio de los dos.

—Ah, no—nos cortó a ambos—Los dos me habéis dado un susto terrible encontradlos a ambos en el suelo. Así que a ti—señaló a su hermano—Te salvaré el culo por las carreras de ayer, pero es la última vez.

Ambos nos quedamos boquiabierto por aquello. ¿Cómo demonios sabía lo de las carreras?

—No me preguntéis porque lo sé. Pero tú—de nuevo se dirigió a él—Más vale que empieces a ordenar porque me voy a alojar aquí, y tú chica—dio su vista hacia mí—Iremos de compras para poder vestirte y llevarte a casa.