Capítulo 33

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Capítulo 33 | Daniel

Cuando la vi allí parada en la puerta pude ver sus ojos cristalinos y la mirada cansada. Apenas si pudo avanzar un paso cuando se vino abajo y la atrapé entre mis brazos. La puse de nuevo en mi cama y cuidé de ella. Llamé a Daphne para que me ayudara a cambiarle de ropa, ya que la que traía puesta estaba empapada.

Cuando despertó, sacó todo lo que estaba conteniendo.

¿Cómo una madre puede comparar a su propia hija con otra persona diciéndole que no la quería? ¿Cómo un idiota puede jugar así con las chicas que eran inofensivas e inocentes? Estaba demasiado cabreado.

Cayó de nuevo rendida, durmió por una hora para ser exactos. Decidí tomar aire e irme hacía el balcón, pero fui interrumpido por los gritos.

—¡No!

Gritó tan desgarradoramente que decidí acercarme a ella. Estaba retorciéndose sobre la cama y tomando aire mientras seguía gritando alto con los ojos cerrados.

—¡No! ¡No! Deja de tocarme—chilló de nuevo mientras seguía moviéndose—. Para, por favor. ¡PARA!

—Annika, Annika—la llamé y por fin pudo abrir los ojos mientras volvía a reincorporarse—. ¿Estás bien?

Estaba tan pálida y en sus ojos se transportaba el miedo. Su cuerpo estaba tembloroso, había algo en ella que me preocupó demasiado. No era la chica que conocía, aquella chica parecía estar más destrozada.

Ella se aferró a mí y empezó a llorar de nuevo mientras gimoteaba e hipaba. Se había aferrado a mi camiseta.

—Tengo miedo—musitó en un susurro apenas oíble.

—Tranquilízate—le dije mientras acariciaba su cabello. Ella negó.

—No me deja tranquila—gimoteo. La separé de mí para poder verla y sentí mieda de tan solo verla cómo alguien rota—Sé que en cualquier momento él va a estar aquí y vendrá por mí.

—¿Él?

—Un monstruo—comentó con voz asustada.

—Ann, los monstruos no existe.

—Claro que existen. Ya me lo ha dicho varias veces, él me quiere a mí.

—¿Quién?

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