Capítulo 13

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Capítulo 13 | Daniel

—Ya has llegado—habló Jackson aliviado por haber aparecido.

—Estoy aquí. Dime, ¿Con quién correré esta vez? —pregunté mientras frotaba mis manos con entusiasmo.

—Con un anónimo, ya hemos ganado lo suficiente. Los niños de papi se han quedado cabreado por los doblones de oro que les hemos quitado.

Han sido nuestros rivales de años, pero hemos aganado últimamente por meterles una pequeña excusa de que necesitábamos el desempate o pedíamos la revancha, eso les molestaba.

—Por cierto, Daniel. Quiero presentarte a cuatro amigos que han llegado desde Tulsa—habló Jackson dirigiéndome a donde aquellos chicos estaban. En un momento me encontré con dos chicas y dos chicos. —Ella es Gina y su novio Brett.

Aquella chica era un poco rubia y pequeña. Su novio Brett era más bajo que yo, con el cabello café.

—Eh, Jackson—habló una voz y vi a un hombre acercarse.

—Oh, y ellos son Asher y Abby.

Aquel chico traía a una hermosa chica de no más de dieciocho años y me recordó mucho a la amiga de Kate. Sólo que ella era castaña con lindos ojos cafés. El chico era igual a mí, cabello negro, el mismo color de piel, pero los ojos cambiaban, los de él eran grises.

—Qué tal—le extendí la mano a ambos—He oído hablar de ti, cómo corres por las calles de Tulsa y cómo la policía te persigue—soltó una risa.

—Lo mismo puedo decir de ti.

En ese momento hicieron un llamado.

—Bueno, me tengo que ir. Gusto en conoceros.

Todavía faltaban algunos minutos para comenzar aquella carrera. Me fascinaba competir con los riquillos de la ciudad, dejaban buena plata y las apuestas eran muy altas.

Cindy se acercó a mí en cuanto me vio y dio un beso suave sobre mi mejilla. Era la única compañía que tenía esta noche. Jackson estaba con Jessica y con aquellos amigos de Tulsa.

Cindy estaba hablándome de cosas a las cuales no le puse importancia. Me giré para observarla y Cindy se veía hermosa, con su cabello rubio corto al ras de los hombros y sus ojos oscuros. No sé cómo fue que mi menté jugó mal conmigo que me proyectó a la chica de ojos miel.

Desvié la mirada y de nuevo me centré en la pista donde los demás corredores competían entre sí.

—Podemos hacer algo más antes de que inicie la carrera—susurró sobre mi oído y aunque no me parecía tan mala la idea, no tenía ganas de hacerlo, pero insistió.

Me llevó de nuevo a ese lugar escondido donde la multitud no pudiera vernos. Tenía que poner un bloqueo a mi mente por jugar así conmigo.

Después de veinte minutos ya ha comenzado la carrera, pero, para mi gran sorpresa alguien ya había tomado mi lugar. Busqué con la mirada a Jackson y di con él que estaba a lado de Jessica.

Joder, esos dos nunca se separan.

Avancé con pasos rápidos hacía él.

—Danny, ¿dónde te has metido? —bufó—Como sea, ya hemos buscado a otro corredor.

—¿Quién?

—Connor.

—¿Dejaste que Connor corriera? Jackson, ¡¿Qué cojones?!

Connor era parte de nuestro clan, pero el tío tenía su mala reputación y como corredor dejaba mal ficha en él. Lo han detenido en distintas ocasiones y has estado en la cárcel más de una docena de veces. Hace unos años por culpa de ese tipo, dejó a una persona en el hospital por correr sucio y provocando que la policía investigara por este lugar.

Vi a nuestro corredor rival, pero algo me llamó la atención de ese corredor.

No, no era un hombre. Esas piernas delgadas de fideo, la chaqueta holgada y pesada en ese cuerpecito que estaba colgada.

Oh, Dios...

—Jackson, impide esa carrera. 

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