Capítulo 32

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Capítulo 32 | Annika

Al día siguiente estaba más que preparada para terminar con Derek y para poder restregarle en su cara lo que me había hecho aquel hijo de puta dejándome tirada y demostrar lo patán que es. Pero, para mi mala suerte, el muy idiota se fue en un viaje con sus padres.

El cielo de la mañana se coloreaba de gris. No había nada de sol. Era extraño, ya que todavía no se acercaba la temporada de lluvias y la temporada de invierno ya había pasado.

Cuando finalizaron las clases, comenzó a llover. Saqué la pequeña sombrilla y caminé para poder llegar a casa rápido antes de que cayera la tormenta.

Creo que fue una mala idea llegar temprano.

Me encontré con Rosie, mi madre y mi padre. Los dos últimos sentados en la sala. Se sentía el ambiente pesado en ese momento y los nervios volvieron a consumirse por las miradas serias. Estaba todo en silencio, solo se podía escuchar la calefacción.

—¿Sucede algo? —hablé para cortar aquel silencio.

Mi madre me miró y esa mirada que me dedico no traería nada bueno. Mi padre por su parte se levantó del sofá y fue al gran ventanal que teníamos por detrás de la sala.

—Tenemos que hablar contigo—reveló en dirección a la ventana. Su tono era bastante serio y frívolo.

—¿De qué? —inquirí viendo a ambos.

—Nos ha llegado el informe de tus calificaciones y el reporte de tu conducta.

«Oh, no.»

—No podíamos creer lo que la señorita Greco nos había dicho. Llevas cuatro reportes de que te han echado de las clases, y tus calificaciones han sido cada vez más bajas.

—No sé qué es lo que ocurre contigo. Ayer nos llamó el padre de Derek diciendo que enloqueciste y rompiste la ventana de su coche, y tuvimos que pagar el daño.

—No, esto tiene una explicación—lo corté antes de que siguiera.

—¡No! —me calló y mis ojos se abrieron como platos ver como mi padre me había gritado. Nunca en la vida había tenido tanta autoridad como ahorita. Incluso mi madre se sobresaltó por el grito—Es que no es posible, Ann. Eres la única esperanza y el orgullo de esta familia, y todo tiene que ser perfecto. Tenemos que ser la familia perfecta.

—Pero por qué esa obsesión de querer ser perfectos?

—¿Por qué? A ti no te importa lo que hacemos tu padre y yo. Nos estamos rompiendo, la empresa está en un punto de quiebre.

Me quedé callada cuando mencionó lo del quiebre. La empresa estaba en problemas y eso solo significaba una cosa: matrimonio.

¿Por qué pensaría en matrimonio? La primera vez que estaba al punto de la ruina fue cuando comprometieron a Corinne y se asociaron con su esposo que era el dueño de las líneas hoteleras, solo así, pudo levantarse económicamente y subir sus acciones. Ese hombre con el que se había casado mi hermana se duchaba en oro fundido, y si esta vez la empresa estaba en un punto de quiebre, significaba que yo era la siguiente.

—Si es lo que estoy pensando, me niego.

—El padre de Derek tiene una buena cantidad de dinero que nos podrá ofrecer. Sólo lo que necesitamos es una alianza y esa alianza no es más que tú te casaras con su hijo.

Negué varias veces.

—No, no, no, ¡No! —grité—No les importa, ¿cierto? No les importamos. Mi hermana vive infelizmente por su culpa y vosotros queréis hacer lo mismo conmigo. Lo siento, pero no pienso darle el sí a ese soquete.

Into You © | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora