Capítulo 48

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Capítulo 48 | Daniel

Lo había hecho. Le había abierto mi corazón a una mujer y por primera vez en muchos años, alguien en verdad me traía como un loco desquiciado enamorado.

Ya había caído.

Cuando ella había salido de la bodega esperé por unos cuantos segundos. Abrí la puerta de la bodega, pero me crucé con unos ojos castaños, mirándome con enojo. Aquella chica de los mechones rubios estaba cruzada de brazos esperando una respuesta.

—Tenemos que hablar, Daniel.

Oh, Joder.

Kate nos había visto.

♡ ♡ ♡ ♡

—¿Estás seguro de esto, Daniel? —preguntó Jackson a mi lado. Esperando en el coche mientras veíamos a los maleantes que meses atrás habían querido aprovecharse de Annika.

—Ya te lo he dicho. Ahora bajemos.

Ambos salimos del coche y nos dirigimos hacía aquellos tres. Los tres se giraron para vernos y sonrieron con burla.

—Daniel, vámonos de aquí—sugirió aterrado Jackson.

—¿Qué ese no es el tipo que nos dio un descuento por soltar a su novia?

Dos de ellos se pusieron en frente de nosotros, evitando que siguiéramos caminando.

—¿Qué quieren? —preguntó amenazante.

—Queremos hablar con aquellos tres chicos—los señalé con la barbilla.

—Ratas, vengan —los llamó.

—¿Vienes a darnos otro descuento? Porque si es así, bienvenido seas.

—¿Qué les diste? —preguntó Jackson a mi lado.

—Luego te cuento. Esta vez será más si aceptan lo que proponemos—hablé dirigiéndome a ellos.

Les empecé a contar la idea que tenía planeada. Todos estuvieron de acuerdo y les dije en qué momento ese auto pasaría por allí. Luego Jackson me sugirió que sería bueno robarle el móvil.

—Llámenme cuando lo hayan hecho. Jackson, te quedas a cargo.

Intentó protestar, pero ya me había subido al coche y me había alejado de ese lugar.

No decidí irme a casa tan pronto cuando me desvié para ir a un lugar que hace mucho no iba. Estando allí parado en la lápida de mi hermano, alguien pudo haber venido porque había rosas blancas en su lápida y aún seguían frescas.

Me puse de cuclillas y toqué la piedra grabada con su nombre.

—Perdón por si no he venido. Hay tantas cosas que quisiera contarte. Conocí a una hermosa chica, ella lo es todo para mí y créeme que nadie me había hecho sentir lo que ella me hace sentir. Ojalá estuvieras aquí, seguramente le agradarías.

Había tomado una pequeña pausa.

—Dylan, Joder—empecé a sonreír sin razón alguna—Gracias. Eres el mejor hermano del mundo, te prometo que haré feliz a aquella chica y yo también seré feliz con ella.

Dejé el pequeño ramo de flores que había traído.

—Te he echado de menos, hermano.

♡ ♡ ♡ ♡

Una hora había pasado aproximadamente cuando escuché el sonido de un motor fuera de mi apartamento. Fui para ver de quién se trataba y ahí estaba aquel auto donde ese chico Drake conducía y llevaba diario.

Bajé rápido y me encontré con Jackson.

—Listo—dijo sonriente mientras me tendía aquel Smartphone—Cortesía—después me lanzó las llaves de ese auto.

—¿Qué cojones, Jackson? Era quitarle el móvil y golpearlo, no robarse también el auto.

—Creedme que lo hemos dejado cómo un cristo.

—Ella me va a matar.

—Oh, vamos, hombre. Además, no has visto los caballos de fuerza que tiene. —Lo fulmine con la mirada—¿Quieres venir a mi casa? Hay videojuegos y a que esta vez que te gano en la carrera.

—Está bien, pero no nos quedaremos con ese auto.

—Mierda.

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