Capítulo 30

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Capítulo 30 | Annika

Llegamos al mismo lugar en donde hacían las dichosas carreras, pero esta vez no fuimos con la intención de hacer otra. Estábamos en una zona donde los skaters iban para hacer sus maniobras con una patineta, solo que no había skaters, claro.

Lo sustituía un mar de gente, la música sonaba a lo alto y las mujeres vestidas con mallas coloridas junto con tops ajustados a su cuerpo que hacían ver a la imaginación de que llevaban sujetador, pantalones demasiado cortos y unas riñoneras que cruzaban la mitad de su cuerpo.

Vaya Flow. Mataría a mi madre si me viera vestida así.

Bajé de la moto y las personas se acercaron hacía nosotros. Aquellas personas pasaron de largo y chocaron los puños mientras lo abrazaban dándole pequeñas palmaditas en la espalda. Una chica rubia más pequeña que yo me empujó con su hombro y se lanzó hacía él. Otro de nuevo se acercó.

—Feliz cumpleaños, tío. —exclamó el chico que es más bajito que él. ¿Su cumpleaños? Me quede observando aquella escena, pronunció un simpe gracias y después dirigió su mirada en mí.

—¿Tú cumpleaños? —pregunté con una ceja enarcada.

—Claro—contestó.

—¿Cuántos años tienes?

—Ahora tengo veintidós.

—Creí que tenías veintisiete—confesé y ladeó una sonrisa.

—¡Daniel!

Alguien gritó su nombre y ambos dirigimos la vista hacía la persona que lo había llamado.

—Ven conmigo.

Me cogió de la muñeca y me dirigió hacía un grupo de personas. Me sentí pequeña cuando todos se nos quedaron mirándonos. Trague grueso.

—¿Ella quién es? —preguntó el mismo chico que lo había llamado.

—Ella es Annika. El idiota de su novio la dejó tirada y la traigo conmigo.

—¿No eres la chica que corrió hace meses? Joder, bienvenida seas—un chico rubio me dio un pequeño golpe en el hombro.

—Qué cabrón ha de ser como para dejar a una señorita como ella. —habló otro chico.

Este chico era el mismo moreno con la ceja cortada.

—Que tal, preciosa. Mi nombre es Jackson. —Cogió mi mano y la beso.

—Hey—exclamó Daniel dándole un manotazo a la mano del tal Jackson de la mía—¿Dónde está tu novia?

—Con sus amigas. —Contestó Jackson.

—Llámala. No quiero que Ann esté sola.

—¡Amor! —gritó entonces Jackson dando un silbido.

Giró una chica en nuestra dirección y el tal Jackson le hizo una seña con la mano para que viniera. La chica era alta, se podía ver fácilmente por sus piernas kilométricas, el cabello rizado estilo Afro oscuro. Cuando se fue acercando pude ver su piel trigueña brillante y tenía unos ojos verdes esmeraldas increíbles. Llevaba unos shorts con un cinto negro y un top verde oscuro.

—¿Qué pasa? —preguntó dirigiéndose a ellos. Luego me miró de arriba abajo. —¿Y esta chica? Hija de papi, supongo.

Ese comentario hizo reír a Daniel y lo fulminé con la mirada.

—Necesito que te la lleves y le cambies ese atuendo.

—No soy estilista, pero siempre tengo algo. Tus llaves. —le dijo aquella chica trigueña Jackson. Este embobado se las dio. —Ven, mi reina. —me sujetó de la muñeca y me hizo seguirla.

Llegamos a un coche rojo. Desconfié al principio, pero recordar lo que me hizo sentir Derek cuando me sacó de su coche a la fuerza me adentré. Me vengaría de él encontrando a un tío bueno con el cual enrollarme y restregárselo en su cara.

«No, exageras, Ann. Sabemos que no lo harías.»

—¿Tú quién eres?

Aunque intenté que mi voz no sonara de que me estaba muriendo del miedo.

—Dios mío, no me tengas miedo. —se río por mi pregunta—Jessica. Me llamó Jessica, ¿Y tú?

—Annika—respondí.

—Pues te llamaré Anna. Es más fácil.

Jessica no parecía ser una chica mala a comparación de las que estaban en el lugar que me ponían mala cara. Sería por el atuendo que llevaba.

Llegamos a una pequeña casa. Jessica sacó las llaves del auto y me guío dentro de su casa. Era pequeña, pero moderna. Luego me dirigió a lo que parece ser su habitación. Su habitación era pequeña que hasta mi baño cabría en ella.

De su armario sacó un top floreado y unos shorts cortos cómo los que traía puestos. Me guio hacía su pequeño baño. A decir verdad, me quedaba un poco ajustado, Jessica era mucho más delgada que yo.

Jessica sonrió cuando me vio salir. Caminaba un poco cojuda por el dolor que tenía en los pies. No debí llevar estos zapatos, si no hubiera sabido que el estúpido de mi novio me iba a dejar tirada.

—Espera, Anna. Toma asiento en mi cama.

Jessica sacó un par de zapatillas deportivas y le agradecí a que me los diera. Ya que no aguantaba el dolor que me provocaba.

♡ ♡ ♡ ♡

Salimos de su casa y nos dirigimos de nuevo a aquella fiesta. Esta chica tenía una vibra contagiosa. Por fuera se veía intimidante, pero no era así.

—Por cierto, ¿Qué eres de Danny? ¿Su amiga? ¿Su pariente? O... ¿Su novia?

—Se podría decir que soy su amiga, ¿por qué lo preguntas? —respondí.

—Bueno, es que a todos se nos hace raro que traiga a una chica consigo. Normalmente anda solo o lo encontramos con Cindy, otra amiga suya. Incluso pensamos que seréis tal vez...pareja.

—Ya veo.

Cuando regresamos a aquel lugar. Jessica me llevó a donde la gente bailaba en el centro de una pista. Me trajo con ella donde estaba su novio que era el mismísimo Jackson. Le susurró algo en la oreja, aquel me miró y sonrió. Sacó una pulsera azul fosforescente.

—Ya eres parte de nosotros. —anunció mientras me colocaba está en la muñeca. —Con esto te podrán identificar y no podrán hacerte nada.

Jessica y yo volvimos a la pista de baile. Empezamos a bailar entre ella y yo junto con otras personas. Me sentí en confianza estando con ella. Jamás había visto un ambiente agradable sin peligro. 

Into You © | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora