9 - El extraño color de su pelo

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—¿¡Cómo que nueva estudiante!?—. Reprochó Fumiko con más enojo del que quería expresar.

Kyojuro se echó para atrás mientras abría los ojos desconcertado.

—¡Lo siento, Fumiko-chan! ¿Hay un problema con eso?

Hacía un par de días, Kyojuro había conocido a una tierna chica llamada Kanroji Mitsuri, y algo parecido a lo que le había pasado con Fumiko, él vio mucho potencial en ella, teniendo la decencia de pedirle que fuera su discípulo.

—Sí, sí lo hay. ¡Ya me tienes a mí! ¡Yo soy tu estudiante!—. Se quejó irritada mientras apuntaba su pecho con indignación.

Muy en sus adentros, ella sabía que no tenía derecho a enojarse con Kyojuro por querer acoger a más gente. Él estaba en todo su derecho como cazador.

Pero la cuestión no era que Kyojuo decidiera tomar a otra persona como estudiante, sino a la persona en sí... Había decidido traer a una chica. ¡Una chica!

¡¡OTRA MUJER, POR TODOS LOS DIOSES!!

¿¡En qué estaba pensando!?

De tan solo imaginarse el tener que compartir la atención de su mentor con otra chica... le hervía la sangre.

—Es que- Yo- Simplemente- —. Estaba tan enojada que no podía formar una oración coherente. —¡Ay! Olvídalo—. Conteniendo su disgusto, terminó por intentar darse la vuelta, solo para ser detenida por Kyojuro al tomarla de la muñeca.

—¿No estarás celosa? ¿O sí? ¿Fumiko-chan?—. Sugirió burlón.

Ella rápidamente giró la cabeza y lo miró sorprendida. Por el modo en que él la estaba mirando, ella tragó saliva y se aclaró la garganta, suavemente zafándose del agarre. No iba a permitir que él se burlara de ella. —¿Qué te hizo pensar eso?

La risa tan sonora simplemente la terminó sonrojando completamente.

—¿Cómo puedes estar celosa si fue a ti a quien le pedí matrimonio?—. Le recordó antes de suavemente ponerle un mechón detrás de su oreja.

Con ese sencillo gesto, ella se congeló.

Cierto.

Fumiko abrió la boca como si fuera a decir algo pero nada parecía venirle a la mente.

Kyojuro rió ligeramente, inconscientemente dando un paso adelante para acercarse otro poco a ella, como queriendo apreciar más de cerca el modo en que reaccionaría. No obstante, cuando captó lo cerca que estaban, de pronto todo ese humor se le esfumó.

Se sostuvieron la mirada por unos cuantos segundos que para ambos parecieron eternos. Sin darse cuenta, iban acercándose cada vez más.

—¡KYAAAAA! ¡¡QUÉ ROMÁNTICOOOOO!!

El chillido de emoción de la peli-rosa los asustó a ambos, haciendo que Kyojuro brincara lejos de Fumiko.

—¡Kanroji-san! ¡Qué bueno que llegas!—. Cruzándose de brazos y hablando efusivamente, Kyojuro trató de normalizar su corazón. —¡Quiero presentarte a Nakamura Fumiko! ¡Ella será tu compañera de hoy en adelante!

La cabeza de Fumiko le daba vueltas con todo el ardor ocasionado por la vergüenza, apenas captando su nombre.

—Yo- ¡Yo soy Kanroji Mitsuri! ¡Es un placer!—. La recién llegada se inclinó rápidamente, con toda la cara roja y sonriendo emocionada.

Con la fuerte esencia de la chica, Fumiko fue saliendo poco a poco de su trance. Era gracioso pero, casi podía sentir lo rápido que estaba latiendo el corazón de Mitsuri. Era como si ella estuviera feliz de verlos juntos y estuviera embelesada por lo tiernos que eran, agradeciendo al aire por poder presenciarlo.

El calor de tu sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora