46 - Solo los dos

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Fumiko suspiró gustosa en cuanto se tallaba la cabeza y se daba un pequeño masaje, aprovechando que el jabón en su pelo le permitía deslizar sus dedos con más facilidad. Definitivamente, no había nada mejor que darse un baño después de un arduo entrenamiento.

Después de un par de segundos, se echó agua para quitarse todo el shampoo.

—¡Fumiko-chan!—. De la nada y rompiendo con la burbuja de relajación de la nombrada, Mitsuri entró al baño de forma efusiva. —¿Sigues aquí?

Después de dar un pequeño brinco, la Pilar de la llama instintivamente se cubrió el cuerpo lo más rápido que pudo.

—¡Mitsuri-chan!—. Exclamó en una extraña mezcla entre sorpresa y regaño. —Aquí estoy.

—¡Perfecto!—. Mientras hablaba, la peli-rosa cerró la puerta con la misma energía con la que había entrado.

La cazadora se giró para ver a su amiga e inclinó ligeramente su cabeza con curiosidad. La recién llegada traía entre sus brazos al menos 2 botellas de peculiar contenido, siendo lo primero que dejó en el suelo para poder quitarse toda su ropa.

Fumiko no sentía vergüenza de bañarse con su antigua compañera de entrenamiento, después de todo, ya llevaban conociéndose por bastante tiempo, pero la esencia que estaba emanando era lo que la tenía preocupada.

—Mitsuri-chan—. Susurró nerviosa, con su voz temblando ligeramente y apretando con un poco de más fuerza su abrazo propio. —¿Por qué estás tan emocionada?

—¡Oh! ¡Por nada en específico!—. Agitando la cabeza de lado a lado y con las mejillas sonrojadas, la peli-rosa se acercó con su amiga y puso las botellas a un lado del shampoo de Fumiko. —Solo vengo a ofrecerte un relajante masaje.

Siguiendo con la mirada lo que su amiga había traído, la Pilar de la llama por fin pudo notar de que se trataba. Era un jabón aromático y una crema corporal.

—Uh...—. Balbuceó Fumiko confundida en respuesta. —¿De... Acuerdo?

—¡Bien, bien!—. Caminando rápidamente a una esquina del espacioso baño, Mitsuri pescó un pequeño banco de madera y lo trajo de vuelta. —¡Siéntate y relájate que yo me encargo de ti!

A pesar de estar desorientada con la aplastante esencia de emoción de su amiga, Fumiko no tardó en obedecer, manteniendo una cara extrañada.

Al sentir cómo el frío líquido de la primera botella caía en su espalda, la Pilar de la llama se estremeció un poco antes de terminar relajándose cuando los pequeños dedos de Mitsuri comenzaron a hacer una agradable presión sobre su cuello, al mismo tiempo que generaba espuma.

Cuando Fumiko suspiró relajada, la peli-rosa soltó una suave risilla.

—¿Se siente bien?—. Por fin bajando la voz, Mitsuri inclinó la cabeza, queriendo tener un vistazo de la cara de relajación de su amiga.

—Sí—. Susurró, nuevamente suspirando. —Me gusta cómo huele.

—Je, je, je—. Bajando todavía más la voz, Mitsuri repasó otras partes de la espalda de Fumiko. —Genial. Lo elegí yo.

Por lo mientras, la cazadora cerró los ojos, disfrutando del gentil tacto. Se quedó callada durante unos cuantos minutos, ladeando la cabeza de vez en cuando.

—Mitsuri-chan—. La llamó, sin abrir los ojos. —Agradezco de corazón la amabilidad pero, ¿por qué de pronto me gané un masaje?

—¿Eh? ¿Por qué?—. Con la pregunta, la Pilar del Amor comenzó a ponerse ligeramente nerviosa, inconscientemente aplicando un poco más de fuerza en su masaje. —¡Ah! ¡Por qué!

El calor de tu sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora