El calor de tu sonrisa

15 - Alardear es de perdedores

Un par de toques en la puerta fue lo que la despertó.

—Buenas tardes, me pidieron venir a despertarlos a esta hora—. Una voz masculina fuera de la habitación llamó, volviendo a tocar la puerta. —Así que... ¿Despierten? ¿Por favor?—. Comentó lo último, sonando inseguro si eso era algo apropiado de decir.

Fumiko se talló un ojo y discretamente miró a su costado, notando como Kyojuro se removía incómodo en su futón. Ya también comenzaba a despertarse.

Después de bostezar, la cazadora fue la que se levantó a atender la puerta, mientras la persona afuera seguía tocando. Con la mayor suavidad posible para no alertarlo, Fumiko deslizó la barrera, mostrando una sonrisa somnolienta.

—Buenas tardes—. Saludó a la vez que inclinaba la cabeza. —Ya despertamos, muchas gracias.

—Claro, disculpe las molestias, señorita—. Avergonzado, el hombre también se inclinó frente a ella antes de retirarse.

Fumiko cerró la puerta y giró su atención hacia el Pilar, quien ahora se encontraba sentado y estirando ambos brazos a sus costados.

—Hola—. Saludó ella al mismo tiempo que se encaminaba con él. —¿Dormiste bien?

—¡Buen día, Fumiko-chan!—. Como si realmente no estuviera recién levantado, él saludó enérgico. —¡Descansé lo suficiente! ¡Gracias por preguntar! ¿Y tú?

—También—. Ella sonrió, aunque con un rastro de melancolía en su voz. —¿Hoy cuál es tu plan?

—¡Investigar más a fondo con los locales acerca de este asesino sospechoso!—. Aclaró él al mismo tiempo que se ponía de pie. —¿Tú tienes algún plan?

—Estaba pensando en recorrer todo este distrito—. Conforme explicaba, la chica comenzó a recoger el futón donde había dormido. —Ayer perdí al demonio por desconocer el territorio.

—¡Mm! ¡Ya veo!—. Asintió el Pilar, imitando a su sucesora al acomodar las telas. —¡Suena como una buena idea! ¡Podríamos separarnos, recolectar información y familiarizarnos con las calles!

¿Separarse?

Por un instante, el rostro de Fumiko reflejó tristeza, saltando a la conclusión que Kyojuro estaba molesto con ella y por eso no quería que estuvieran juntos.

—¿Fumiko-chan?—. Ya que no había obtenido confirmación de su parte, el Pilar le insistió, sobre saltando a la cazadora.

—¿¡Eh?! ¡Ah, sí! ¡Es un buen plan!—. Pretendiendo que no se había entristecido, ella le sonrió y terminó de guardar su futón.

No obstante, después de dejar su propio colchón, Kyojuro le tomó las manos a Fumiko, logrando que ella lo mirara a los ojos.

—No quiero que pienses que quiero estar lejos de ti. Tan solo considero que esta es una buena estrategia—. Le calmó, acercándose un poco más a ella. —Recuerda, ¡divide y conquistarás!

La chica se sonrojó por el gesto, al igual que se avergonzó que su compañero hubiera leído sus pensamientos.

—E- Está bien.

Kyojuro le sonrió, acariciando sus manos con mayor cariño.

—¿Te parece reunirnos en el restaurante de ayer?

...

A juzgar por la posición del sol, debían ser alrededor de las 4 o 5 de la tarde. En otras palabras, ya era hora de reunirse con Kyojuro.

—¿Escuchó lo que le pasó a la mujer de ayer?—. Mientras Fumiko caminaba en dirección al restaurante, curiosamente, en el mismo local del señor que vendía telas, comenzó a escuchar. —Dicen que desapareció.