El calor de tu sonrisa

52 - Lo que dejaste atrás

Antes de comenzar, una pequeña nota de su autora:

Gente bonita. Gente preciosa. Estamos muy cerca del final de esta historia.

Ha sido una gran aventura, llena de lágrimas, risas, enojos, frustraciones, derrotas y victorias.

Una vez más quiero aprovechar para agradecerles todo su apoyo y haber llegado hasta aquí conmigo.

Solo para aclarar, los intermedios con este emoji 🔥, significan saltos en el tiempo. Es decir, ¡se narrarán eventos del futuro y del presente intercalados! Y los puntos suspensivos son cambios de escenario.

Sin nada más que decir, ¡disfruten!

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—¡Ma!—. Gritó el muchacho desde su habitación. —¿¡Has visto mi botella de perfume?!

—¡Está en mi habitación!—. Le respondió la mujer desde otro cuarto. —¡Tu padre la tomó prestada!

Reiko negó con la cabeza divertido. Sería más fácil si le hiciera su propio perfume a su padre, en vez que él tomara prestado el suyo.

Nakamura Reiko hace mucho tiempo fue el hijo menor de una familia de perfumistas.

Él tenía dos hermanos mayores, Haku, quien le llevaba 2 años y Fumiko, quien le llevaba 10.

Cuando él tenía 5 años, su familia había decidido salir a un viaje en busca de ingredientes nuevos para los perfumes que fabricaban. Sin embargo, a Fumiko se le había encargado quedarse en casa para continuar vendiendo más de sus productos.

Él y su hermano Haku se embarcaron junto a sus padres a un nuevo lugar durante varios días y al principio, a él le pareció una increíble aventura por todo el tiempo que se tardaron en llegar... Pero no todo fue tan maravilloso cuando un demonio los atacó.

Desgraciadamente, Haku fue el primero en ser devorado. Luego fue su padre... Y antes que lograran alcanzarlo a él y a su madre, ella lo aventó por un acantilado, cayendo directo a un río.

Por el golpe, él terminó desmayado, siendo arrastrado hasta un lugar totalmente desconocido.

Estuvo inconsciente por varios días. Pero para su buena fortuna, una pareja lo encontró.

Ellos eran doctores y en su hogar tenían toda una colección de todo tipo de plantas medicinales. Casualmente, ellos vivían cerca de un río, con la ventaja de tener toda el agua disponible para cuidar sus siembras.

Sin tener muchas opciones a donde ir, ellos lo terminaron adoptando. Al final, tan solo tenía 5 años. Y aún así, jamás se olvidó de su familia.

—¿Ya tienes todo listo, Reiko?—. Le preguntó su padre, asomándose a su habitación para extenderle la botella que había pedido.

—Sí, solo me faltaba mi perfume—. Tomando la botella con ambas manos, el muchacho terminó por cerrar su mochila y ponerse de pie.

Durante todo el tiempo que vivió con esa pareja, siempre les rogó que le permitieran buscar a su hermana, pues sabía que ella seguía con vida, tal vez esperando a que ellos regresaran. Pero ya que era muy pequeño, siempre se lo negaban.

Aunque, ahora con 12 años recién cumplidos, como regalo de cumpleaños, la pareja decidió acompañarlo en su travesía.

—¿Listos?