El calor de tu sonrisa

35 - Llegada

—Mi nombre Tecchikawahara Tecchin, yo soy el jefe de esta Aldea—. Saludó el pequeño hombre de forma algo altanera. —Sean bienvenidos, Pilar del Amor, Pilar de la Niebla y Pilar de las Llamas.

Los tres presentes pegaron sus frentes al suelo en respeto e impresionantemente, el demonio dentro de su escondite también los imitó.

Y mientras nadie podía verle el rostro, Fumiko cerró los ojos incómoda. Sonaría irónico pero, de todo el tiempo que llevaba siendo el Pilar de la Llama, nadie nunca se dirigía a ella de ese modo y teniendo a su prometido a su lado... Lo volvía todavía más raro.

—Muchas gracias por recibirnos—. Respondió Mitsuri suavemente, levantando su cabeza lentamente.

—Solo, antes de dejarlos ir, tengo una cuestión con ustedes—. El hombre levantó su pequeña mano para señalar la gran tela blanca. —¿Por qué traen a una persona cubierta de ese modo?

Fumiko tensó los hombros mientras sus compañeros Pilares la observaban. —Le molestaría que discutamos eso... —. Ella pasó sus ojos sobre ambos hombres que acompañaban al líder. —¿En privado?

Con un movimiento de cabeza de Tecchin, los hombres se levantaron de sus lugares y en un par de segundos, los dejaron solos.

—¿Qué es lo que sucede?—. Insistió el jefe, cruzándose de brazos.

Para calmarse, Fumiko apretó ligeramente sus puños sobre su regazo. —¿Está enterado de la situación del previo Pilar de las Llamas? ¿Rengoku Kyojuro?

El jefe apretó un poco sus brazos, viéndose incómodo por un momento. —Por supuesto. Murió en batalla.

—Temo que eso es falso—. Fumiko enderezó su espalda, sonando muy seria.

—¿Disculpa?—. Con una tremenda esencia de miedo, Tecchin soltó sus brazos. —¿Cómo que falso?

Fumiko intercambió miradas con Mitsuri antes de responder. —Rengoku Kyojuro fue transformado en un demonio por accidente y ahora está bajo mi cuidado.

—¡¿Un-?!—. Se detuvo antes de gritar con fuerza. El jefe pareció tragar saliva duramente mientras su atención se giraba a la tela blanca de detrás de los Pilares. —¿Eso quiere decir que él-?

—Sí, lo traje conmigo—. Asintió la chica. —Ruego que me dé su permiso para tenerlo a mi lado en mi estancia aquí. De todos modos, no planeo quedarme aquí más de tres días.

—Pero... —. La pesada esencia de pánico del hombre inundó la habitación mientras se dirigía al muchacho y a su amiga. —¿Ustedes lo sabían?

—Todos los Pilares estamos al tanto de la situación—. Respondió vagamente Muichiro, haciendo dibujos imaginarios en el suelo.

Tanto Fumiko como Mitsuri lo observaron con sorpresa. No se esperaban que él fuera a hablar en absoluto.

Tecchin volvió a cruzarse de brazos lentamente, quedándose callado por un par de minutos.

—¿Cómo sé que no será una amenaza?

—Ha estado viviendo conmigo alrededor de 6 meses—. Respondió casi al instante Fumiko. —Le prometo que él ha sido capaz de controlarse.

Tal vez la máscara estuviera cubriendo su rostro, pero la esencia de incredulidad e impacto eran fuertes en él. Incluso Fumiko fue capaz de compartir el sentimiento.

¿6 meses? ¿En serio llevaba tanto tiempo siendo un demonio?

El viejo hombre se quedó callado nuevamente. Por su esencia, la cazadora pudo notar que estaba meditando sus palabras.