Compulsivos, iracundos, desafiantes y efusivos.
Bandos totalmente distintos: Un líder sangriento de la mafia italiana y una joven destinada a ser la heredera de la mafia china. Son enemigos en todas sus letras, la tríada y la mafia italiana nunca h...
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Maylin:
Cuando atravieso la puerta, no es de esperarse que empiecen a murmurar en mis espaldas. Mi padre no viene conmigo ya que fue operado por su problema en el corazón. Estoy sola en este mar de pirañas y cocodrilos que intentan intimidarme.
Inari se ha marchado porque tiene miedo, sonrío ante ese pensar. Estoy acudiendo al lugar sola, porque aquí se mantiene la regla del respecto hacia cualquiera perteneciente al círculo.
Un hombre de media estatura se acerca con una sonrisa de oreja a oreja, no disimula cuando me mira las piernas, las ganas de abofetearlo son discernidas cuando Zhang Dong-Yul se acerca. Mi ex novio.
—Zhang Dong-yul ¿Qué te trae por aquí pequeño bastardo? —susurra el hombre enano, luego empieza a reírse como desquiciado.
—Deben hablar el mismo idioma. —se burla y lleva las manos a sus ojos para estirarlos.
Lo detengo y me acerco con lentitud al enano, levanto la pierna para golpear lo que más le causa dolor. Su pene. Este cae y yo piso sus dedos de sus manos, Dong-Yul me termina apartando para no seguir llamando más la atención de todos los presentes.
—No estás en tu casa, acá debes respetar las reglas, nadie mata a nadie cuando estemos en esta reunión Maylin. —dice muy cerca de mi oído, su cercanía me causa estragos.
—Debería respetarme. —alzo la mirada hacia él, nuestros rostros están tan cerca, que es imposible no querer comerlo a besos.
Mi ex novio estaba más que guapo al pasar de los años, lástima que ya no podía ser una persona dependiente a un amor a medias. No era malo volver a besarlo, sus labios son suaves y carnosos, aunque la chispa que solía encenderme ya no está, se ha ido.
—Viniste a besarme, lo lograste. Puedes irte ahora. —dije y abrí mi bolso para sacar el espejo, me limpié con mi pañuelo el labial corrido.
Era hora de ir al baño a retocar mi labial, intente evadir a Dong-Yul, pero este agarra mi brazo, ruedo los ojos ante esa acción.
—¿Qué quieres ahora? ¿Romperme el corazón y dejarme hecha mierda?, no gracias ya tengo tantas mierdas que no puedo lidiar con una más. —dije, mintiendo en el proceso. estaba claro que puedo lidiar con los problemas que surgen. Con cautela todo se puede, solo que ahora necesito quitármelo de encima.
—¿Te hiciste ilusiones por un simple beso? —miré a su rostro y pude percibir como su enojo crecía.
Hasta donde podía llegar su idiotez de su maldito ex novio. Fui vulnerable ante él y no supo aprovechar el momento, ¿Por qué engañarme con otra?
Empujo a Dong-Yul y paso por su lado.
—Sigues siendo una perra desquiciada. —dice con irritación en su voz.
¿Por qué soy una perra?
El hecho de no hacerle caso, no me hace una. Además, el que saco los pies del plato fue él, no yo.
