La Emperatriz Del Bárbaro |+21

C A P (27)

Adriano Greco:

Cuando creía que realmente las cosas se habían arreglado, pues estaba equivocado. Maylin me boto de mi propia habitación. Ni siquiera tuve una reacción, me quede estático y opte de manera serena e ir a una habitación de invitados. 

» Debí hacer uso del "era" en vez de usar el "es" A veces siento que mi inteligencia se marcha de mi ser y despotrico cosas totalmente innecesarias. 

Sherry dejó de ser mi amante hace meses, desde que me enteré que "amaba a alguien más" y ahora resulta que ella sigue creyendo que soy de su pertenencia. Es caótico lidiar con eso.

Verla desde la ventana se ha hecho una costumbre que realizo por las tardes: ella realmente es una caja de sorpresas, no luce tan seria y ahora hasta se poner a correr en toda la casa con Keung.

Su posición sigue siendo firme y no piensa hacer los pases conmigo. Cuando intento hablar con ella, esta me responde en un idioma distinto. No hay problema en ello, tomé clases de algunos idiomas que consideré fáciles.

• ────── ✾ ────── •

Keung se acerca a mí con lentitud. Él eleva su cuaderno y yo lo tomo.

—¿A dónde se fue hoy? —pregunto y recorro las palabras que están escritas en su cuaderno.

—La señorita Maylin, asistió el día de hoy a las dos de la tarde al centro comercial. Fue acompañado por Tiaret en todo momento. —empieza a relatar con rapidez y mueve las manos a la hora de explicarlo.

Le digo que se detenga con un gesto y él asiente.

—Comento sobre mí. —me animo a decir con un poco de torpeza a la hora de hablar.

Keung me mira a los ojos y frunce el ceño.

—No señor, no hablo sobre usted. La señorita Maylin se mostró entretenida por la salida del día de hoy. —dice.

Suelto un largo suspiro.

—Ya veo. Está bien. —contesto y estiro mi brazo para alcanzarle su cuaderno.

Keung sale de la oficina y se marcha a su casa.

El sonido del tono de llamada es desesperante, cojo mi celular y cuando veo el nombre de Andreas, recién es que procedo a contestar la llamada. Me quedo en silencio para poder escuchar a mi primo.

—¡Mierda, mierda, mierda! —exclama con un tono demasiado elevado que me hace quitar el celular de mi oreja.

—¿Qué pasa? —le pregunto.

El silencio reina por unos breves segundos.

—Entrega a Maylin. Entrégala. —dice esta vez con un tono más calmado, sin embargo, suena agitado.

—Ya hemos hablado sobre eso. No me hagas enfadar, ella no se irá. —contesto.

La respiración de Andreas se escucha a través de la línea.

—Me están siguiendo porque piensan que yo tengo a Maylin en el auto. Debes llamar al clan de los chinos y decirles que le entregarás, primo. ¡Estoy metido en un gran lío por tu culpa!

» Maldita sea.

—¡Ven a mi casa!

—Ya deben estar en camino y pronto llegarán a tu casa. Yo trataré de desviar a los hijos del diablo que me siguen. Tú ponte en alerta, que van por ella. Los chinos quieren a su emperatriz de vuelta.